Resuenan los ecos del desafío del pasado sábado en Pelayo. La victoria de Soro III y Javi fue contundente y dejó un cierto sabor amargo entre los seguidores de Puchol II, que son muchos y muy entusiastas. De momento han de aceptar que Soro III sigue instalado en las cumbres de la pilota, en el trono al que hay que rendir pleitesía.

La fulgurante carrera de su joven ídolo parece activar entre sus seguidores el sentido de la impaciencia. Quieren, es lógico, verlo como el mejor, como la figura indiscutible que encabeza el escalafón. Así sería si aquella mañana de la final del Individual hubiera rematado la partida cuando la tenía a dos juegos, y su rival a cinco. Desarrollaba un juego electrizante, mágico, ante un Soro aturdido por el huracán que le venía encima. Atisbar la puerta de la gloria paralizó las piernas del muchacho de Vinalesa mientras su rival, recuperado, escalaba firme y hacia el triunfo final.

Años antes, en 2004, cuando el joven Xavier era un chaval que jugaba en las categorías inferiores del club de su pueblo, vivimos una partida histórica, aquella final del Individual jugada en Pelayo en la que Álvaro remontó frente a Genovés II un 25-55. Fue un duelo que cambió el destino de la pilota valenciana en la siguiente década. El pelotari que aparecía como arrollador se bloqueó a las puertas del cielo. La afición lo señalaba, unánimemente, como un jugador con cualidades para ser el número uno. Y sin embargo volvió a perder cuatro finales contra Álvaro. Aquella primera final entre ambos, aquella remontada imposible, milagrosa, condicionó las siguientes. A uno, el aspirante, le llenó de dudas, al campeón, de seguridades.

El sábado, en Pelayo, vimos a un Soro más convencido de su ser campeón y más inspirado que nunca. Todo lo hizo perfecto, derribando cualquier duda sobre su condición de figura para la historia. Surgió entonces entre los aficionados la respuesta a lo que allí ocurria: Que canvien els mitgers! ¡Que juegue Puchol con Javi y sabrán lo que es bueno! Es cierto que Javi superó a Félix pero también es verdad que Soro demostró más solvencia, más hechuras y más sabiduría para leer cada quinze que Puchol II. Pero las gentes, la afición quiere esa partida que en teoría cumpliría con el requisito de otorgar al campeón un compañero de inferior nivel que al aspirante.

De momento se anuncia para el sábado un cartel que enfrenta a Soro III contra Javi. El de Massamagrell con su paisano Salva de compañero; el de Massalfassar con el resto de Petrer. Difícil papeleta para la cátedra pues ha de optar entre los dos mejores pelotaris del momento que no jugarán unidos, sino enfrentados. Otro duelo apasionante que volverá a animar las gradas de este renacido Pelayo.