La jornada de ayer en la Fonteta congregó de nuevo a más de 8.000 espectadores en las gradas, que por un lado quisieron disfrutar de la excelente racha por la que atraviesa el equipo y por otro celebrar el milenario partido en la ACB que celebraba el club «taronja» en la Liga Endesa.

Un emotivo y original vídeo de tan solo minuto y medio de duración proyectado en las pantallas del pabellón recorrió la trayectoria de los valencianos desde su primer partido en 1988 hasta el Valencia Basket actual con imágenes de partidos históricos y de jugadores que han pasado a convertirse en leyendas y que perduran en la memoria de todo aficionado.

Tras el mismo llegó el momento de la entrega de una placa conmemorativa por parte del presidente de la ACB, Francisco Roca, a su homólogo del Valencia Basket, Vicente Solá.

La placa recogió uno de los momentos más bonitos en la historia de los valencianos como fue la Copa del Rey de 1998, primer y hasta el momento único título nacional coseguido por los «taronja» hasta el momento.

Tarta de cumpleaños

Con la presencia del propio Roca junto a jugadores legendarios del Valencia Basket como Víctor Luengo, Nacho Rodilla, Sergio Coterón, Berni Álvarez, así como el actual capitán, Rafa Martínez, una tarta, con sus preceptivas velas, fue sacada a la pista para con la música del «Cumpleaños feliz», cantada por el pabellón de manera multitudinaria.

Ya en el descanso y en un concurso organizado por el propio club, las cuatro leyendas «taronja», junto a cuatro aficionados, ganadores durante la semana de un concurso promovido a través de las redes sociales, participaron en un simpático juego de lanzamientos a canasta en la cancha.

Camiseta conmemorativa

El partido de ayer además tuvo a las equipaciones del Valencia Basket como protagonistas ya que de manera excepcional se apartó la habitual «taronja» por la blanca a ribetes rojos que recordó a los orígenes del club y al primer partido disputado el 15 de octubre de 1988 frente al Caja Guipúzcoa. Fue un buen momento para que muchos seguidores desempolvaran antiguas camisetas con nombres tan variopintos como Luengo, Rodilla, Swinson, Oberto, Pietrus, Claver o Lishchuk. Asimismo los 1.000 aficionados más madrugadores se llevaron una bufanda conmemorativa.