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Entrevista

Silvia Navarro: "El gran público creo que ni me conocería"

A sus casi 37 años, la valenciana Silvia Navarro es una referencia del balonmano nacional e internacional. Es líder de la División de Honor con el Rocasa y espera la llamada para ir a Río. Navarro recuerda con cariño sus inicios con Cristina Mayo y reivindica el papel de las mujeres en el deporte.

Silvia Navarro: "El gran público creo que ni me conocería"

Es una de las pocas supervivientes de la época dorada del balonmano valenciano y está protagonizando ahora la mejor época de la selección española. Silvia Navarro es ya una de las históricas bajo la portería, pero ella quiere más y espera rendir a un buen nivel en los Juegos de Río el próximo verano.

Ha sido bronce en los Juegos de Londres, en un Mundial y Plata en un Europeo, pero, si pregunto quién es Silvia Navarro, ¿qué cree que me dirían?

Creo que ni me conocerían. Los que les gusta mucho el deporte, y los más cercanos al balonmano sí, pero el gran público ni sabría a quién te refieres.

¿Cree que es injusto?

Es lamentable, pero los deportes femeninos aquí no acaban de arrancar. No sabemos por qué, si es por el fútbol que arrastra tanto y es el deporte rey, si es porque somos chicas... es algo que todavía nos preguntamos cada día, por qué no tenemos los mismos derechos y seguimiento que ellos. Nosotras peleamos día a día para cambiarlo y creo que poco a poco estamos mejorando.

Al menos el Mundial de diciembre se televisó en TVE-1.

Cuando nos dijeron que lo iban a poner ahí pensábamos que era broma. Pero fue así y en ese aspecto no tenemos motivo de queja. Fue una cobertura super buena. Desde el Mundial de Brasil la gente y los medios se han volcado más con nosotras.

Las eliminaron las francesas en octavos en un partido muy polémico por el arbitraje (21-22). ¿Cómo lo recuerda?

Fue un partido muy raro ya desde antes. Por la mañana nos cambiaron la pareja arbitral sin ningún motivo aparente. Tras entrenar nos fuimos a descansar y luego el autobús no aparecía. Llegamos al pabellón cuando faltaban solo 15 minutos para el partido y solo lo retrasaron 3 minutos por cortesía. El partido fue super ajustado y hubo varias acciones polémicas de esas que resultan decisivas.

¿Les había pasado alguna vez algo similar?

Tan descarado no, no me vale de consuelo el arbitraje porque igual podríamos haber cerrado el partido antes, pero estos árbitros ya estaban bajo sospecha desde antes. En el partido de Corea ante Francia anularon un gol a las coreanas cuando la cámara, situada en el poste, indicaba que había entrado. Curiosamente, a partir de ese día quitaron ese tipo cámaras de todos los pabellones.

¿Hasta dónde habrían llegado en ese Mundial?

No sé, pero teníamos muchas ganas de jugar y de pasar los octavos para dar un paso más y quitarnos la espina del último Mundial, donde no dimos nuestra mejor cara.

Cada 4 años muchos deportes y mujeres son protagonistas con los Juegos y luego se van olvidando. ¿Volverá a pasar?

Creo que sí. En Londres las mujeres españolas ganaron más medallas. Era una pasada, estabas en la villa olímpica y veías que cada medalla era de mujeres. El deporte femenino está dando que hablar y logrando cosas, pero aún así no hay manera de que progrese demasiado.

¿Es igual en otros países?

Cuando estuve jugando en Rumanía era el deporte rey, era una pasada. Te conocían por la calle, te pedían autógrafos... En Dinamarca, Noruega, Hungría es así y está al mismo nivel en hombres y en mujeres.

¿Y en Canarias?

Allí la gente también se vuelca, se lo inculcan desde que son chiquitos. En cambio en el Canyamelar, donde jugamos el miércoles pasado, y donde ha habido una gran cuna, ahora van algunos familiares y poco más.

¿Logrará salvarse el Canyamelar este año?

Se salvan seguro, están trabajando muy bien. Contra nosotras pudieron ganar hasta el último minuto y no pasararán problemas para mantenerse.

Usted empezó en la época de Cristina Mayo, Natalia Morskova... ¿cómo lo recuerda?

El recuerdo del Marítim es que era súper familiar, no faltaron nunca a su palabra. Y el ambiente era muy bueno. Guardo un gran cariño y admiración.

¿Cómo era Mayo?

Destacaría el carácter que tenía. Te mentalizaba para lo que te esperaba después. Es la que más sabe, una genio de este deporte.

¿Y Morskova?

Jugué con ella cuando yo tenía 16 años. Ella y la portera Stvetlana eran mis favoritas. Hicieron mucho por el balonmano en Rusia y en España. Me pusieron las pilas y me enseñaron mucho.

Ya están clasificadas para Río. ¿Muchas ganas ya?

Primero tengo que recibir la llamada del seleccionador. A partir de ahí podré disfrutarlo porque pueden ser los últimos. Pero en la vida de un deportista cualquier lesión te puede dejar fuera. Ya aprendí a levantarme y vivir cada partido como si fuera el último.

¿Qué destacaría de los Juegos de Londres?

Ante todo la medalla de bronce y el último partido contra Corea, que fue de infarto. También el ambiente en la villa, veías a Gasol y a otra gente que admiras y había muy buen rollo entre los deportistas. Es algo que te marca para toda tu vida.

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