«Podemos esperar a que pasen cosas o hacer que sucedan». Esa es una de las conclusiones de la I Jornada sobre la equidad y la igualdad en el ámbito deportivo que se celebró ayer en el Centre Cultural la Beneficència de Valencia y donde se expusieron los problemas, retos, obstáculos y también ilusiones y proyectos a los que se enfrenta el deporte femenino en la actualidad, así como las herencias recibidas, no siempre positivas.

La jornada, organizada por la Diputación de Valencia, dio para mucho, desde el fervor, la pasión, cierto punto de cabreo, y también la experiencia de Cristina Mayo, así como las historias de vida de ex deportistas como la ex NBA Cristina Aguilar o la valenciana Marta Fernández de Castro, hasta las ávidas preguntas de los asistentes, muchos de ellos técnicos y técnicas deportivos, integrantes de federaciones, entrenadores... que no se perdieron detalle de un evento que, en palabras de la propia diputada de Deportes Isabel García «forma parte de un plan estratégico de acción para trabajar por la equidad y la igualdad desde la base, pero también implicando a todas las instituciones». En esta línea, se anunció que en octubre Valencia acogerá el I Congreso a nivel estatal sobre deporte femenino en el que hay puestas muchas ilusiones y esperanzas.

Pero hay que empezar desde ya a cambiar las cosas para que las mujeres tengan más presencia en el deporte, sean más reconocidas, alcancen puestos de liderazgo, tengan referentes en quien mirarse y también para que las niñas vean que practicar deporte tiene futuro. «No puede ser que en la dirección del Consejo Superior de Deportes no haya ninguna mujer, o que en una selección femenina como era la mía de balonmano tengas que luchar para que te paguen, para que te concedan concentraciones e incluso para tener equipaciones dignas y una jugadora de 1.70 no tenga que salir con la misma talla que una que mide dos metros», lamentaba una Cristina Mayo que fue una de las voces más críticas pues, entre otras cosas, todavía no puede perdonar que «los políticos dejaran caer el balonmano, con todo el nivel que había, porque al parecer no había dinero, pero sí lo había para llenar bolsas de basura con él. Hemos tenido una clase política brutal, brutal», sentenciaba. E incluso puso nombres como el exalcalde de Sagunt Alfredo Castelló, que «nos hizo la vida imposible y logró acabar con nosotras como se propuso a pesar de que éramos épicas». Eso sí, matizando que ha habido otros hombres que sí apostaron por ellas y por el deporte femenino.

Ella, y el resto de presentes, también plantearon alternativas, ideas y posibles vías para mejorar la situación no solo de las deportistas sino de todas las mujeres vinculadas al deporte. Así, se instó a que se reactive la Ley de mecenazgo, se obligue por ley a que los medios públicos, al menos, equiparen las coberturas mediáticas de ambos sexos; a que se realicen acuerdos con las universidades para que las mujeres se formen durante su etapa deportiva para después tener más salidas y oportunidades; se ponga en marcha un plan efectivo de detección y seguimiento de talentos; se creen lineas curriculares de educación física en los colegios; se refuerce a los clubes; se incluyan a más mujeres en los órganos de gestión de las instituciones... Hay retos que ya se han conseguido como equiparar los premios en atletismo, como indicaba Marta Fernández de Castro quien denunciaba que en su época cuando preguntaba por su premio por ganar la categoría femenina le decían que "los premios eran para la general". Ayer se puso mucha énfasis también en el papel de la política para cambiar las cosas. En este sentido, la diputada Mercedes Caballero recogió el guante y dijo alegrarse porque se vea que "con la política se pueden lograr muchas cosas". Eso sí, como matizaba Isabel García "es un trabajo de todos y de todas, solo así se podrá lograr la igualdad en el deporte".