Las barbas en el baloncesto han creado escuela y tendencia. Sin ir más lejos, la de Pau Gasol despertó hace algunos un interés inusitado cuando por aquel entonces ya fascinaba en la pista con la camiseta de los Grizzlies.

Más cercana ha quedado la de John Shurna. El jugador del Valencia Basket realizó una promesa esta temporada de no afeitarse su barba hasta que no llegara la primera derrota. Ese traspiés llegó el martes contra el Limoges y ahí se acabó la racha...y la barba.

La expectación generada por los 28 partidos consecutivos ganados por los taronja, su simbiosis con los Warriors y la barba de Shurna cautivaron la atención de New York Times. Este periódico realizó recientemente un reportaje sobre el Valencia Basket con la barba como metáfora de una tendencia imparable de triunfos como rezaba una de sus líneas, «la barba, también conocida como la desaliñada, indómita y rebelde espesura de vello situada en las mejillas y la barbilla del ala-pívot John Shurna, se convirtió en la mascota no oficial de la racha de victorias del Valencia, un amuleto que inspiró a todos a su alrededor, pero, a diferencia de la mayoría de otras mascotas peludas, también parecía crecer como un molde de cocina virulento».

El Barça no se da por vencido

El club catalán pidió en la jornada de ayer a la ACB las imágenes que utilizaron los árbitros en la jugada de Justin Doellman, que primero dieron como triple y después corrigieron para darla de dos puntos.