No hubo milagro posible y se cumplió lo que la mayoría apensaba pero nadie quería decir. La temporada legendaria, de los récords, del 28-0 ahora mismo aparece en una dimensión lejana. El Valencia Basket cayó eliminado ayer de la competición que más botín reparte y lo hizo por errores propios. Tras la derrota la pasada semana en Salónica la sensación en aquel avión de vuelta es que la aventura europea había llegado a su fin. Sí, había una opción, pero demasiado compleja para que pudiera ser real.

Quizás en un buen momento para hacer una reflexión interior y analizar lo que se ha hecho mal no solo por la eliminación en el Last 32, sino sobre todo para el futuro donde la complejidad de la competición, sobre todo en la Liga Endesa, va a ir en aumento además de tener la Copa en el horizonte.

El Valencia Basket deja huérfana a una Eurocup con la que mantenía un idilio que parecía eterno. Con la eliminación de ayer el conjunto taronja cae de una competición continental más pronto que nunca. El 8 de marzo de 2000 ante la Kinder de Bolonia había marcado la eliminación más prematura hasta ayer.

No es momento tampoco de pesimismo. El equipo ha demostrado tener los cimientos suficientes para doblegar a plantillas de alto calibre como la del Real Madrid o Barcelona. El contraste, como la derrota de Salónica es lo que hay que corregir y hacer autocrítica.

De ayer dolió la eliminación y ver en la pista que un equipo inferior como el Oldenburg,y que ha sido superado de manera clara de manera en las dos ocasiones que ambos equipos se han enfrentado, ha pasado como primero de grupo.

Choque sin historia

El partido dejó poca historia. La primera parte estuvo marcada por la falta de tensión y los errores en forma de pérdidas de balón. Al Valencia Basket le costó tomar el pulso al partido. Un «alley hoop» de Shurna, junto a un triple de Hamilton en la bocina justo antes del descanso, las únicas jugadas que animaron a la Fonteta (40-35).

En la segunda parte el Valencia Basket quito el freno de mano. Sabedor que el Limoges empezaba a encauzar la victoria los taronja se liberaron y comenzaron a jugar como acostumbra, Buena defensa, tiros seleccionados y en un momento la renta que se disparó hasta el 66-49. El Valencia Basket impuso la autoridad que acostumbra para sellar un triunfo tan amplio como estéril. Por haber de todo, el concierto arbitral desesperó a la grada. Los de Pedro Martínez salieron ovacionados. Único consuelo a un equipo que abandona Europa por la puerta de atrás. El deporte es así.