La derrota del Valencia Basket ante el Herbalife Gran Canaria del pasado dejó a las claras que el estado actual del equipo poco o nada se asemeja al que inició la temporada. De haber conseguido vencer los 28 primeros partidos de la campaña, hasta la primera derrota frente al Limoges. Desde ese momento, el conjunto taronja ha sufrido cuatro derrotas más (Limoges, PAOK, Laboral Kutxa y Gran Canaria) y sumado tres triunfos (Oldenburg, Bilbao y Joventut). El duelo frente a los insulares evidenció ciertos detalles que habrá que corregir cara al futuro y que permitieron que los de Aíto García Reneses se impusieran a los taronja.

Falta de frescura

El Valencia Basket no fue capaz de sobreponerse a situaciones complejas del partido. Si hasta dos meses los taronja se levantaban una y otra vez, ante el Gran Canaria no se gestionó bien las ventaja perdida ni en el segundo cuarto (parcial adverso de 0-21) ni en el último donde se llegó a ganar de diez puntos y al final se perdió el partido por muchos factores.

Juego interior poco aprovechado

Los pívots taronja Hamilton y Dubljevicv no se mostraron superiores a Omic y Báez pese a ser mejores. Cuando el equipo trabajó por dentro hizo daño a los insulares, pero este inercia no la explotó durante más minutos y le pasó factura. El ex jugador del Valencia Basket Aguilar tampoco fue frenado ni por Sikma, ni Shurna en la lucha por el rebote.

Mal en los triples

Acostumbrados a rondar en unos porcentajes del 40%, ante el Gran Canaria los guarismos se volvieron a quedar en un exiguo 25% amasando desaciertos sobre todo en el último cuarto fruto de la precipitación. Ya en Salónica el tiro exterior sentenció a los valencianos. El triple final librado y errado por parte de Diot, escenificó el mal día desde la línea del 6,75.

Problemas con los bases

La ausencia de Van Rossom se acusa cada día más. Vives dirigió de manera correcta pero Diot estuvo errático en la dirección y el tiro. Pangos y Oliver le ganaron la partida.

Sato inédito

Cada vez es más habitual que el centroafricano no juegue. Con Stefansson casi sin minutos y Lucic de más a menos, San Emeterio y Rafa Martínez aglutinaron la mayoría de los minutos en el partido. Quizás faltó probar la variante de Sato, jugador que aporta intensidad y acierto cuando se le requiere.

Tiros libres rivales

El Gran Canaria acudió hasta en un total de 38 veces al tiro libre por 16 del Valencia Basket. No se conjugó bien la intensidad defensiva con la realización de faltas que llevaron demasiadas veces a los canarios a la línea de 4,60 anotando 28 puntos por 13 de los taronja. Cierto es que los árbitros estuvieron en ciertas jugadas demasiado «sensibles» con la defensa taronja, pero al final fueron demasiados puntos encajados que se convirtieron en lastre.