El Valencia Basket volvió a interpretar ayer en la Fonteta la mejor de sus sinfonías para hacer buena la victoria del pasado fin de semana en Fuenlabrada y recobrar buenas sensaciones en un momento importante de la temporada. El conjunto taronja se sobrepuso a las bajas y como apuntó el propio técnico del Valencia Basket, Pedro Martínez, al final del partido impuso su teórica superioridad ante un rival, el Manresa, que apenas opuso resistencia ante el potencial de los valencianos.

Aunque el calendario es ahora mismo menos exigente que cuando había competición europea de por medio, Pedro Martínez permitió dosificar más los minutos entre sus jugadores con el fin de no sobrecargarles demasiado. Era el momento de que todo el equipo aportara y diera un paso adelante y así se cumplió. Jugadores con un rol más secundario como Stefansson, Shurna o Trias tuvieron más minutos en la cancha que otros como Rafa Martínez. Sikma o Hamilton. Pese al ello el equipo no se resintió y mostró un nivel muy alto durante los cuarenta minutos en la cancha.

Mención especial para el veterano pívot catalán Jordi Trias que ayer jugó su mejor partido como taronja en la actual temporada. Su oscuro trabajo del día a día tuvo por fin su premio con un gran partido en la Fonteta. Pedro Martínez ante la coyuntura de tener a Bojan Dubljevic fuera de combate y a Hamilton falta de ritmo de entrenamientos dio la titularidad a Trias en un guiño total de cara al jugador de demostrarle que su apuesta, pese a haber sido en muchos partidos testimonial, es la de que puede ayudar en cualquier momento y que se encuentra sobradamente preparado para ello. El catalán demostró un derroche de virtudes muy grande. Recordó al Trias de antaño, a ese pívot que deslumbró en Barcelona o Girona. Su sonrisa al final del choque delataba su satisfacción tras recibir primero el reconocimiento público por parte de la grada y luego el de su propio entrenador.

El Valencia BC jugó como quiso

El Valencia Basket ayer jugó como quiso pero también a lo que sabe. Es verdad que el rival ayudó. El Manresa desde el principio se vio desbordado por un parcial de 14-0 que obligó al técnico vitoriano Ibon Navarro a pedir su primer tiempo muerto en el choque para intentar reconducir algo que se había desviado ya mucho desde el comienzo (16-2). Tuvo un atisbo de reacción el equipo del Bagés, en la recta final del primer cuarto e inicio del segundo cuarto. Un parcial de 0-11 con un inspirado Simon abría la puerta a un choque más igualado (27-23) del que se podía esperar. No iba a ser así. El engranaje taronja se engrasó de nuevo y con una velocidad de vértigo volvió a marcar diferencias con un parcial de 21-4 que disparó la renta valenciana por encima de los veinte puntos (48-27). El partido al descanso estaba virtualmente cerrado con un Valencia Basket que casi llegaba el 60% de acierto en el tiro de dos y tres puntos (52-32).

El paso por los vestuarios confirmó la premisa. El Valencia Basker siguió jugando a lo suyo. Intenso en defensa y fácil en ataque. En la pintura la pareja Sikma y Hamilton campaban a sus anchas, desde fuera seguían llegando los triples, Vives disfrutó como nunca repartiendo asistencias, mientras que el Manresa se descomponía cada vez má, sabedor de su fatal destino. Ni siquiera Musli brilló. El serbio, segundo mejor valorado de la Liga Endesa, no pudo demostrar en ningún momento su talento y se quedó con unos guarismos modestos al final del choque. Con rotaciones constantes las ventajas apenas bajaron de los veinte puntos durante el tercer cuarto al que se llegó con un claro 67-44.Los últimos diez minutos fueron el colofón a la fiesta. Con Diot en la dirección del juego el equipo volvió a perder algo de rigor aunque el francés supo esconder ese desconcierto con triples de los que gustan en la grada para culminar una jugada.