El Salvador se ha alzado este domingo con el título de la Copa del Rey, que han recibido de manos de Felipe VI, tras ganar al vigente campeón, el VRAC Quesos Entrepinares, en un partido igualado que el cuadro colegial pasó a controlar en la segunda mitad y en un estadio repleto.

Ambos equipos salieron al césped del José Zorrilla dispuestos a evadirse del ambiente creado alrededor por los más de 25.000 espectadores que llenaron el estadio y, de inmediato trataron de controlar el ritmo de partido, tratando de acercarse a las líneas de marca del rival.

El primero en golpear fue el cuadro chamizo quien, a través de Sam Katz, inauguraba el marcador tras una transformación por golpe de castigo en el minuto 10. Eso dio alas a su equipo, quien buscó ampliar la renta, si bien la defensa del Quesos se mostró muy seria e impidió cualquier opción de ensayo de los colegiales.

No tardó el VRAC en reaccionar y, de la mano de Griffiths, primero igualó el marcador para, dos minutos después, ponerse por delante (3-6) en el minuto 29. Comenzó entonces un asedio sobre la línea de 22 del conjunto azulón, ante el que se tuvo que emplear a fondo la defensa del Chami.

Con esa mínima ventaja del VRAC se llegó al descanso, tras una primera parte muy igualada en la que ninguno de los dos equipos consiguió ensayar y los puntos solo llegaron tras golpes de castigo, aunque el vigente campeón lo intentó con más empeño.

Tras la reanudación, se mantuvo el equilibrio en los primeros compases, si bien El Salvador mejoró notablemente en la faceta ofensiva y comenzó a desplegar su juego a la mano, que le permitió obtener el primer ensayo del partido en el minuto 62, de manos de Alberto Díaz, que completó Katz al transformar (13-6).

El Quesos no bajó la guardia, y tres minutos después, en el 65, recortaba diferencias con una nueva transformación tras un golpe de Griffiths. A partir de ese momento, el Quesos intentó seguir remontando, pero El Salvador se plantó bien en su zona para impedir que el Quesos les sorprendiera.

No habría más opciones. El Salvador logró conservar su ventaja hasta el final para adjudicarse su séptima Copa del Rey, ante el vigente campeón de las dos últimas campañas.