Carlos Sainz Jr. hacía ayer un paréntesis en su apretada y frenética temporada de Fórmula 1 para ponerse a los mandos del «catcher car» y pasar así de sus acostumbradas velocidades de 300 km/h a los apenas 15 km/h que tenía que conducir ayer para ir alcanzando a todos los participantes. Él era, sin duda, el gran foco de atención de la Wings for Live World Run, primero por su fama (no paró de firmar autógrafos, camisetas, hacerse fotos...) y segundo por conducir el esperado, y temido, coche. Poco antes de sentarse al volante atendía a Levante-EMV y reconocía que no iba a ser algo sencillo: «Correr tan lento es difícil también. Si fuera media hora o así no pasaría nada, pero son varias horas y es complicado. Espero ir bien concentrado y no atropellar a nadie», ironizaba. Él auguraba que el último al que cogería sería Chema Martínez. No acertó, pero, como señalaba, lo importante era la causa por la que todos corrían: «Estamos por una buena causa que es lo importante, por eso cuando me lo plantearon acepté encantado. Cómo voy a decir que no a una buena causa como esta. Es una vez al año y no me importaba encontrar un hueco en mi agenda, aunque es apretada».

Cristina Mitre, feliz con su marca

Otra cara conocida de la Wings For Live era la directora de la revista Women's Health Cristina Mitre. No logró ganar la apuesta que había hecho con Chema Martínez de llegar a los 30 km, pues se quedó en 21.500, pero lo volverá a intentar. «Hemos disfrutado mucho. Hemos pasado por la huerta, el circuito del río, un poco de fauna urbana y volveremos en 2017».

Por su parte, la concejal de Deportes, Maite Girau, indicaba que esta carrera tiene «gran proyección internacional y la intención es seguir apoyando ese gran valor que es el atletismo popular».