La final del Trofeo Masymas, nuevo en la nueva etapa de la pelota profesional, congregó a muchos aficionados en el Trinquet de Pedreguer, tantos que casi llenaron el recinto. El cartel era atractivo, con un nuevo duelo entre las dos primeras figuras del profesionalismo de la Escala i Corda y otras tantas del Raspall. En la primera de ellas el trío de Puchol II, Nacho y Héctor venció con claridad al de Soro III, Jesús y Conillet por 60 a 25.

Apenas hubo color en una confrontación en la que los ganadores rindieron al nivel que se espera de ellos mientras que los derrotados anduvieron lejos de sus mejores prestaciones. El resultado es fiel reflejo de lo que ocurrió en una cancha en la que, como alguien se encargaba de recordar, «resulta divertido y fácil conseguir el quinze en un palquet de baix tan singular como éste, sin su correspondiente palquet de dalt». Muchas voces empiezan a sugerir que convendría adaptar esa singularidad a la normalidad del resto de trinquetes del circuito profesional.

La final de Raspall enfrentó a la pareja de Moltó y Canari ante el trío de Jeffry, Sanchis y Néstor. En esta partida el triunfo correspondió a estos últimos por 25 a 0. Tampoco hubo suerte con esta partida que se resolvió en apenas media hora.

Más patrocinadores

Lo importante de la cita de Pedreguer, además de la constatación de que la empresa Masymas, -originaria de esta población- ha apostado de manera decidida por apoyar al deporte autóctono, se abre la posibilidad de la incorporación al circuito de patrocinadores privados de otra empresa nacida en Pedreguer de la mano de Juan Server, y de expansión multinacional. Es el caso de la industria de carros de compra, Rolser, que cumple cincuenta años de vida, que ha elegido como lema, «Va de Bo» y que podría patrocinar, próximamente otra competición semejante a la de Masymas con todos los ases de la pelota profesional. Su director gerente así lo comunicaba a Levante-EMV: «mon pare era jugador de pilota, sempre ens ha agradat la pilota i volem participar en el treball de la seua revitalització». La apuesta de la empresa privada parece que se abre paso poco a poco.