Álvaro López Cremades, «Alvaro de Tibi» nacido el 30 de abril de 1973 se sintió mal a las cinco de la madrugada de ayer. Apenas le dio tiempo de levantarse de la cama y caer desplomado. Su esposa alertó a los servicios médicos de urgencia, que intentaron reanimarlo. Fue un ataque fulminante. El mejor saque de Llargues de todos los tiempos moría en plena juventud. Deja esposa y dos hijos: Lucía de 12 años, y Álvaro, de nueve, que hace dos domingos tomaba su primera comunión.

La conmoción fue terrible. Álvaro había jugado el sábado por la tarde con su actual club de Sella, en Mutxamel, donde ganó por 5-10, y no se le conocía enfermedad que pudiera hacer pensar en este desenlace, por lo que a la incredulidad inicial se unió un profundo dolor por la pérdida de una persona extraordinaria y un soberbio jugador que revolucionó la historia de la más antigua de las modalidades. Su saque «per dalt», desconocido en tierras europeas, demostró una eficacia demoledora.

Las muestras de condolencias se sucedieron desde todo el planeta pelotístico. A la sede de la Federació de Pilota Valenciana y de la CIJB llegaron mensajes de duelo desde las federaciones europeas y americanas, así como de infinidad de compañeros deportistas de diferentes clubes valencianos, vascos y del resto de Europa. El pelotari de Tibi, residente en el vecino pueblo de Ibi, había cautivado por su calidad y su carisma en todos los países que visitó, casi siempre acompañado por su padre y su esposa. Ayer tarde visitaron la capilla ardiente situada en el tanatorio Mare de Déu de Ibi el alcalde de Tibi, Juan José Ballester acompañado del diputado de deportes, Pascual Díaz.

En la misa funeral, que será hoy en la Iglesia de la Transfiguración de Ibi, a las 12 horas, se espera la presencia de las más altas autoridades deportivas de la Generalitat.