El conocido mundialmente como ´niño prodigio´ del ajedrez en la época del franquismo, el palmesano Arturo Pomar Salamanca murió ayer en Barcelona a los 84 años de edad tras una larga enfermedad. El que fuera siete veces campeón de España de esta modalidad deportiva vivía desde hace treinta años en Sant Cugat del Vallés.

Nació el 1 de septiembre de 1931 en Palma y ya desde muy pequeño demostró una gran capacidad memorística que le permitió conseguir numerosos galardones a lo largo de toda su vida. Fue el primer jugador español en conseguir el título de Gran Maestro Internacional en los años sesenta. Sus primeras partidas las comenzó en el Club Ajedrez Mallorca, ubicado en el Café Borne de Palma, donde demostró sus grandes dotes con tan solo siete años cuando todavía estudiaba en el colegio Montesión de la capital y ya se le conocía por entonces con el nombre de ´Arturito´.

Su primo hermano, Arturo Pomar, recordaba ayer la importancia que representó su figura para el ajedrez mundial.

Fue una de las grandes figuras mundiales del ajedrez en la década de los 50 y los 60, aunque nunca llegó a estar entre los diez primeros de la clasificación mundial. En la clasificación no oficial de junio de 1967 logró su mejor posición, en el puesto 40 con 2530 puntos ELO.

En torneos internacionales, disputó 12 Olimpiadas entre 1958 y 1980 y en la mayoría de los casos encabezó el equipo español. Sus mejores clasificaciones individuales en esta competición las logró en Leipzig 1960, en la que fue tercero, y dos años después noveno en Varna.

Arturo Pomar, a la izquierda, durante su partida con Bobby Fisher en el Interzonal de Estocolmo en 1962.

Gran Maestro

Maestro internacional, en 1950, en Gran Maestro, en 1962, completó sus siete títulos nacionales con las victorias de los años 1950, 1957, 1958, 1959, 1962 y 1966.

El 18 de julio de 1944, con sólo 12 años, Pomar se hizo célebre al hacer tablas en el torneo internacional de Gijón con campeón del mundo, el soviético Alexander Alekhine, quien no dudó en alabar su forma de juego y decir de él que si hubiera nacido en su país a buen seguro sería su sucesor en el ajedrez mundial. Además, durante un tiempo se encargó de su formación. También destacó en la partida que jugó en el Interzonal de Estocolmo en 1962 junto al estadounidense Bobby Fisher, quien ganó el torneo. Arturo Pomar se convirtió en el símbolo de la España franquista y en los años cuarenta visitó al General Franco.

Se retiró de la competición en 1977. Luego sólo jugó de forma esporádica media docena de partidas, la última con derrota frente a Veselin Topalov, el 1 de enero de 1992, en un torneo en San Cugat.

En abril de 2000, Pomar donó sus trofeos al Museo del Deporte de Mallorca, y en octubre de 2004 recibió la medalla de oro del comité organizador de la Olimpiada de Ajedrez, en Calvià (Mallorca).

Fue autor de tres libros de ajedrez: Temas de ajedrez (1956), Las pequeñas ventajas en el final (1958) y El arte de ver la ventaja (1968). El último premio le fue el concedido este mismo año por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), a propuesta de la ACP (Asociación de Jugadores Profesionales), junto a otros destacados veteranos del ajedrez mundial por su trayectoria y contribución histórica al Ajedrez.