El joven piloto Jacopo Cretaro, italiano afincado en Paiporta, vivió el domingo una experiencia infernal. La joven promesa de la escuela valenciana Middem salió vivo del fuego milagrosamente en el circuito de Motorland (Aragón). El accidente paralizó a cada uno de los asistentes. Su moto chocó directamente con el depósito de la de otro corredor, Xavier Cardelús, durante la primera vuelta de la carrera de Stock 600, categoría que ha liderado en las últimas semanas y que está tan sólo tres escalones por debajo del Mundial de Motociclismo. Una enorme llamarada se encendió en la recta de meta y varios pilotos pasaron por ella a toda velocidad. El primero fue el «paiportino», que sufrió las peores consecuencias: quemaduras de segundo y tercer grado en el cuello, parte de la cara y una rotura en la pierna derecha resultado de un atropello. La pleura también resultó afectada por la inhalación del humo.

«Me encontré la moto en medio de la pista y choqué con ella. Cuando me vi en medio de las llamas, pensé muchísimas cosas. Se me hizo eterno», explicó ayer a este periódico el piloto residente en Paiporta. Entonces, aún estaba ingresado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, antes de viajar por la tarde hacia Valencia para seguir con la recuperación en el Hospital 9 d'Octubre. Cretaro destacó por encima de todo la ayuda de su compañero Caderlús. En medio del fuego, se había lanzado a la calzada para escapar del infierno. «Cuando ya estaba en el suelo, por suerte vino Caderlús para socorrerme y empezó a llamar como un loco a los comisarios pidiendo ayuda. Estoy muy agradecido por lo que hizo. Es en los peores momentos cuando te das cuenta que sólo somos rivales en la pista», recordó emocionado. Antes, Cretaro había sido arrollado mientras huia del fuego.

El piloto afincado en Paiporta corre en la escuela Midden, que dirige la mánager Carmen López Molina. Reúne a más de 20 pilotos, que entrenan dos días en el Circuit Ricardo Tormo de Cheste. Cretaro es una de las promesas más firmes del grupo. No le quedarán secuelas y su entrenador calcula que en unas semanas estará de nuevo en la pista. «Gracias al traje, sólo se quemó en el cuello. Pero también ardió el tejido esponjoso del casco y eso le produjo quemaduras leves en las cejas y en las pestañas», explica Carmen.