Sin margen de error. Así se queda el Valencia Basket en la Liga Endesa tras volver a caer frente al Real Madrid en el segundo partido de la serie. Aunque el deselance fue idéntico al del primer partido, las sensaciones fueron bien distintas porque el conjunto de Pedro Martínez compitió e incluso medidada la segunda parte llegó a pensar de manera firme en poder conseguir la victoria. El talento y la calidad afloraron en el conjunto de Laso de la mano de Llull, que una vez más ajustició a los «taronja» como en él suele ser habitual. Los errores visitantes fueron penalizados por el Real Madrid en el tramo final, que en el pulso anotador, y como era previsible, salió victorioso.

El Valencia Basket encontró opciones, al menos, que pueden ser buenas para el partido del martes en La Fonteta. Dubljevic realizó un trabajo encomiable, San Emeterio aportó la madurez y calidad que en un playoff se requiere, mientras que Diot aportó ese añadido de acierto que puede revolucionar un choque. Seguro que ayer el propietario del club, Juan Roig, como los 200 aficionados «taronja» desplazados a Madrid, no se fueron contentos por el marcador, pero sí con algo de esperanza de su equipo luchará hasta el final.

El choque comenzó con un Valencia Basket que parecía no haber olvidado todavía el primeroencuentro de la serie y sobre todo el mal último cuarto realizado en ese partido. Impreciso, con dudas y con menos intensidad que su rival, el equipo de Pedro Martínez fue a remolque de los blancos, que manejaron el ritmo del encuentro.

El mexicano Ayón fue un quebradero de cabeza para el juego interior valenciano, que no encontraba la forma de pararle, mientras que Sergio Rodríguez dirigía a los suyos a su antojo. El 19-10 al final del primer cuarto escenificó bien a las claras el escenario donde se movía el choque.

En el segundo cuarto, la situación cambió. El Valencia Basket mejoró la intensidad defensiva y también su acierto exterior, con seis triples convertidos. Así, del 21-12 se pasó al 30-31 tras dos tiros libres convertidos por Lucic. El acierto de Diot, la personalidad de San Emeterio y el trabajo reboteador de Hamilton fueron algunos de los argumentos que propiciaron la mejora «taronja». Con un arbitraje que penalizó a los «taronja» en faltas y en otras acciones, como pasos o fueras de banda, Doncic, que mantuvo un duelo tremendo con Sato, dejó a los locales con ventaja al llegar al descanso tras un tripe afortunado en la bocina (41-39).

Llull decide al final

Tras el descanso y de la mano de Dubljevic, el Valencia Basket consiguió su máxima renta en todo el choque (46-50). Con un gran trabajo a nivel ofensivo, los valencianos se sacudieron toda los nervios, ese anquilosamiento de inicio, para poco a poco ir metiendo el miedo en el cuerpo al Real Madrid hasta el final del tercer período (62-63).

Con diez minutos por disputar, el equipo de Laso apeló a sus intangibles, esos que no fallan, como Llull, Carroll o Reyes para volver a girar la manija del choque. Errores en tiros libres y alguna pérdida de balón aumentaron la autoestima del Real Madrid, que no perdona. Así, el Valencia Basket se encontró con una desventaja seria mediado el último cuarto (80-72). Con el agua al cuello, Diot abrió la esperanza con un triple que ponía sal al partido (83-80). Se quedó desgraciadamente en nada. Cinco puntos de Nocioni y el jugador que tantas pesadillas le ha dado ya al Valencia Basket, Sergio Llull, se encargaron de dilapidar el atisbo de reacción que trataba de impulsarse desde el equipo de la Fonteta. Batalla perdida. El martes llega el tercer y ojalá no último partido en la Fonteta. El todo o nada.