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Metodología del Villarreal

Revolución total en la enseñanza del fútbol

La escuela del Villarreal rompe con los cánones tradicionales: los entrenadores no ordenan, sino que ayudan a los niños a que tomen sus propias decisiones en el campo

Revolución total en la enseñanza del fútbol

Dice el tópico que en el fútbol está todo inventado y no es cierto. La escuela del Villarreal, que acaba de proclamar campeón de la Liga Promises a su equipo alevín, ha tomado un nuevo camino en la enseñanza del deporte más universal. Un giro radical a la tradición basado en la democratización del aprendizaje. No hay un entrenador principal en el banquillo, sino cuatro. Y sus funciones no son las de dar órdenes a los futbolistas, que gozan de una autonomía impensable en el resto de equipos, sino el de preguntarles. Sí, preguntarles por qué han tomado tal decisión en una jugada y que ellos mismos aprendan a elegir la mejor situación. Cuestiones del tipo «¿qué ha ocurrido en esa jugada?», «¿qué has visto?»; «¿por qué lo has interpretado así?» o «¿por qué has elegido esto y no otra cosa?». Flexibilidad y sentido común frente al imperio extendido, desde tiempos inmemoriales, de la disciplina y la táctica como cimientos del juego.

«La idea básica es el consenso. Todo debe estar acordado por los entrenadores, que intervienen una vez el futbolista ha tomado sus propias decisiones sobre el campo», explica Pablo Cañada, coordinador de la escuela de fútbol 8 del Villarreal. «Nosotros no les damos órdenes, sino que les preguntamos por qué han hecho tal cosa o la otra en ese momento», añade. El concepto está claro: el club castellonense le da gran independencia a los jóvenes jugadores. «Nos interesa saber qué entiende el niño en cada momento del juego, no sólo interpretarlo desde fuera. Así los futbolistas se sienten más protagonistas y, después de analizar cada acción, que ellos mismos sepan cuál es la mejor elección», explica Cañada.

«Sabemos qué tipo de perfil de jugador busca el Villarreal: queremos futbolistas que sean autónomos, que sepan interpretar de forma distinta una jugada. En definitiva, que sean inteligentes», afirma el coordinador. Los entrenadores se reúnen una vez a la semana, al margen de los días de entrenamiento, para consensuar alineaciones y cuáles son los cambios más adecuados dependiendo de cómo vaya el partido. También hay encuentros individuales con los niños para revisar la grabación del partido y que sea el chaval quien explique por qué hizo aquello o lo otro.«En una jugada, un niño puede chutar pese a tener un defensa encima y meter un gol por la escuadra. A lo mejor, puede resultar que no era la mejor opción».

La metodología del Villarreal entierra muchos tópicos. Es la muerte del resultadismo. «Ganar o perder ya no tiene el mismo valor que antes para nosotros. Lo más importante es que los entrenadores consigamos que los futbolistas se vayan acercando al perfil que queremos, al modelo por el que ha apostado el Villarreal».

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