No era la jugada diseñada pero salió bien. Vives, se vistió ayer de heroe e hizo que la la Fonteta vibrara con el bocinazo final con una canasta desde la esquina que hizo justicia. La piña entorno al base catalán no era para menos. El tercer partido jugado ayer seguro que pasará a la historia del club taronja y deberá ser un ejemplo en la lucha de que a veces el menos fuerte le puede ganar al poderoso. El Valencia Basket dio ayer una lección de integridad deportiva. Se sobrepuso a un equipo con una plantilla de altísimi potencial como es la del Real Madrid, no se vino abajo con las lesiones durante el partido de Shurna y de Diot, y trató de no perder la compostura con una actuación de los árbitros impropia de unas semifinales de la Liga Endesa pese a tratarse de un colegiados con una dilatada experiencia. El máximo responsable de la ACB, rancesc Roca, que ayer estuvo en el palco de la Fonteta, deberá tomar nota por el bien del deporte de la canasta de que esto hay que corregirlo. Los tiempos pasados, pasados son.

La desgracia de Shurna

Sabedor de la complejidad del choque, Pedro Martínez planteó un partido donde el equipo taronja se puso el cuchillo entre los dientes. Orgullo, corazón y esfuerzo. Esos fueron los argumentos que exhibió el equipo valenciano para hacer frente a todas las adversidades que ayer se encontró. Shurna, tras falta de Maciulis, cayó en mala posición. Los gestos del propietario del club, Juan Roig, al entrar en el vestuario y conocer el alcance de la lesión del del Illinois delataron que la dolencia era muy mala. Por si esto no fuera poco, Diot aguantó solo media parte.

Los problemas musculares dijeron basta y el francés ya no pudo ayudar más a sus compañeros. Aunque su participación para mañana es dudosa, no está descartado para el cuarto partido de la serie. Con un enorme desgaste defensivo, el Valencia Basket mantuvo la iniciativa en el partido durante prácticamente durante todos los minutos. Un triple de San Emeterio en el tercer período dio a los taronja su máxima ventaja en todo el choque (64-54). Eliminado Llull por una técnica en el inicio del último período, ante el desgaste de Vives, Stefansson actuó de base. El conjunto blanco trató de hacer daño con el talento de jugadores como Rudy Fernández o Carroll. En un cara o cruz, Sato empató el choque en el tramo final del cuarto período. El equipo de Laso tuvo la última posesión pero falló.

El partido se iba a la prórroga (74-74). Los blancos, con más jugadores disponibles mostraron mayor frescura y pusieron una renta que parecía insalvable (78-83). El Valencia Basket no se vino abajo. No era el día de volver a perder. Con la filosofía de todo el partido, el conjunto de Pedro Martínez fue remontando poco a poco hasta equilibrar el electrónico (85-85). Un tiro libre de Reyes puso por delante al Real Madrid, pero entonces emergió Vives. Triunfo de épica. El jueves más. La serie no se ha terminado y el Valencia Basket sobrevive.