Con las pulsaciones más relajadas y ya sin la vorágine de la competición, los despachos del Valencia Basket han tomado el protagonismo para comenzar a perfilar el proyecto de la próxima temporada. La campaña 16-17 se antoja como muy importante en el devenir del club, ya que la plaza de la Euroliga por méritos deportivos está en juego. Este año el logro deportivo hubiese valido y ahora el club quiere consolidar lo conseguido e ir subiendo un escalón más en cuanto a objetivos y exigencias. Con la declaración de intenciones del entrenador del Valencia Basket, Pedro Martínez, tras el encuentro del pasado jueves frente al Real Madrid, la composición del equipo para el próximo ejercicio está sujeta a la continudad o no del técnico catalán en el banquillo taronja. El Valencia Basket, como es habitual en todas las temporadas, se encuentra ahora mismo en proceso de análisis de lo realizado durante este año, que ha deparado luces y sombras.

Hamilton, la pieza codiciada

Aunque la decisión del técnico es prioritaria, la entidad cuenta se cuenta con todos los jugadores que tienen contrato en vigor como son Diot, Van Rossom, Vives, Sikma y San Emeterio. Respecto a los jugadores que acaban su vinculación, el Valencia Basket tiene varios frentes abiertos. Hamilton es la pieza más codiciada. El club taronja quiere retenerle pero es sabedor que su continudad será compleja en lo económico, pero también en lo deportivo. Con Rafa Martínez se espera concretar su renovación por un año más, en una situación en la que las dos partes están dispuestas a entenderse. Lucic es el gran interrogante. El buen final de campaña del serbio ha jugado en su favor, mientras que con Shurna hay muchos condicionantes que le son favorables, como su rendimiento y precio. Stefansson es otro jugador al que se le valora, aunque se busca un perfil más anotador. Sato cuenta con menos opciones de seguir al igual que Trias. El último fichaje, Travis Peterson es de momento el único seguro que no continuará.