Hasta bien entrado el siglo XIX el juego de pelota en las calles de Valencia era una práctica muy habitual. Los primeros periódicos impresos recogen muchos testimonios de esta costumbre popular, especialmente arraigada entre los jóvenes de la época. En aquella Valencia de intramuros era rara la calle que no se viera ocupada con el juego de pelota. Los periódicos trataban el asunto alertando a la autoridad pública del peligro que esta práctica para los transeúntes, expuestos a duros pelotazos, por lo que en más de una ocasión exigían la actuación de la autoridad para acabar con la misma. El juego en las calles de la capital decayó, no por una acción de la autoridad, aunque generalmente nada entusiasta de la causa, sino por las transformaciones urbanas y sociológicas. Se refugió en unos pocos trinquetes: Encarnación, Juan de Mena, Marchalenes, Juan de Mena, Levante de El Grao, y Pelayo. Salvo este último, todos desaparecieron en manos de las inmobiliarias.

La vuelta al carrer de Cavallers

La constitución de un nuevo club de pilota en la ciudad, de la mano de un entusiasta de la causa como José Agustí Martí, «Peluco», ha propiciado el retorno de la actividad. Tras los permisos correspondientes, se juega en una de las calles más céntricas, aquella que conducía del barrio de la morería a la Seu, ocupada por distinguidos palacios de la aristocracia valenciana. En el tramo que accede a la Plaza de la Virgen, justo en la puerta del Palau de la Generalitat, se compite en el torneo de Joc a Llargues que organiza la Federació. Es un tramo cerrado a la circulación de vehículos. Según los propios jugadores, «ideal para que los espectadores disfruten de este juego». Las partidas han permitido descubrir a muchos valencianos la existencia de un deporte secular, rescatado del olvido.

Centenares de turistas llegados de todo el mundo pasan por allí cada domingo, por lo que se ha convertido «en el mejor escaparate para mostrar una de nuestras señas de identidad», proclaman los impulsores de esta iniciativa, que esperan que las autoridades municipales ayuden a mantener esta actividad de una manera regular.

El equipo de la capital valenciana, formado por exjugadores profesionales de Pelayo y algún joven refuerzo de l´ Horta, se ha metido en la lucha por acceder a las semifinales del campeonato oficial de Llargues. Este domingo, a partir de las 12 horas, habrá una cita decisiva con la historia en el centro neurálgico de Valencia.