El frontón valenciano siempre ha sido una modalidad muy singular en el conjunto de nuestro deporte. Tiene una afición fidelísima; dispone de un buen número de especialistas formados entre las tres paredes, que en otros tiempos se consideraban profesionales y soporta estoicamente una indiferencia generalizada. Sólo tres o cuatro veces al año acapara un mínimo de atenciones. Una de ellas, la de ayer, con la final del torneo de parejas que enfrentaba a Pasqual de La Pobla y Moro de Massalfassar, representando al club de La Pobla, frente a la pareja del club de Amussafes, con De la Vega y Daniel. Jugaban en uno de los escenarios clásicos de la especialidad: el frontón de la Cooperativa de Albal, que, a pesar del intenso calor, registró un lleno en sus gradas.

El cartel nos ofrecía la presencia de esa joven realidad de este deporte que con 17 años empieza a plantarle cara a las primerísimas figuras de la Escala i Corda. Se llama Luis de la Vega, nació pelotari en Almussafes y está llamado a ser una figura de postín, si es perseverante, dosifica sus prestaciones y comienza a mandar de su agenda. En la final de ayer mostró esas cualidades de jugador elegante y rompedor pero pareció acusar en algunas fases de la final el esfuerzo de jugar varias partidas consecutivas durante la semana, todas ellas de mucho compromiso. Es jugador que todavía ha de crecer en envergadura física. No es un atleta cuajado como Moro para afrontar una final de esta envergadura con la sola y voluntariosa ayuda de Dani. Así es que ocurrió lo que tenía que ocurrir: el saque de Pasqual, siempre inspirado, tenía que resolverlo Luis; los restos segurísimos, con ambas manos, en cualquier postura, en impecable estilo en los rebotes, tenía que resolverlos desde la zaga, Luis.

Dani entró cuando entró, y muchas veces presionado por el soberbio espectáculo que ofrecían tres jugadores a los que él debe admirar mucho. No era fácil su papel en esa obra. Tuvo Daniel detalles de mucha calidad pero Luis de la Vega necesitaba mucha más ayuda para poder superar a una pareja de oro puro, en una mañana en la que todo les salió bien. Moro lo bordó, al igual que Pasqual en la punta. Justo premio a su brillante exhibición. Una victoria que comenzó a fraguarse en los comienzos y que fue consolidándose hasta el 41-28 final. La pregunta que muchos se hacían al final, ¿hay alguna pareja de pelotaris valencianos capaz de hacer frente a estos campeones? Ahí hay un cartel que abarrotaría frontones?

Entregaron los trofeos las autoridades federativas acompañadas de la diputada provincial de deportes, Isabal García y al alcalde de Albal, Ramón Marí.