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Raso y junto al palo

Moisés Salvo trajo el falso maná Lim

Cuando éramos pobres el Valencia tuvo que ir vendiendo a sus mejores jugadores. Se fue desprendiendo de Villa, Silva, Mata, Alba, Soldado y Mathieu, entre otros, porque la economía no daba para más. Y se pidió la cabeza del presidente Manuel Llorente. Pero llegó Moisés Salvo para llevarnos a la tierra prometida y apareció el maná llamado Peter Lim. Todo iba a cambiar. Cielos y tierra iban a sonreír al valencianismo. Más sucedió que tal era imposible porque no era época de sonrisas sino de llantos. Moisés Salvo y Aurelio Martínez „bien colocado en el Puerto„ a la cabeza convencieron a unos cuantos patronos, más consentidores que el dueño del cipote de Archidona, para que se vendiera el club, «el sentiment i els collons». Y así le va a la comunidad valencianista.

El maná iba a traer la solución de los males económicos. Iba a levantar la entidad para ponerla al nivel de los más grandes. Y sobre todo, a fichar estrellas internacionales. Pese a ello, vendió a Otamendi y con tal operación comenzó a hacer caja a la que estaban dejando con telarañas porque había comprado sin ton ni son jugadores de la sociedad Lim-Mendes. El club, comprado a plazos y con adquisiciones tan desproporcionadas, deportiva y financieramente, se rellenó de compromisos de los socios con futbolistas de medio pelo a los que no hay manera de dar salida porque no tienen gancho en el mercado.

Los socios han traído a Nani para simular. Han fichado a Medrán, jugador procedente de la cantera del Madrid, club con el que tienen magnificas relaciones la sociedad Lim-Mendes-Cristiano -los tres salen en las fotos- y se ha podido dar salida a Barragán, De Paul, Piatti y sobre todo Negredo, que costó 30 millones y ha sido medio regalado para descargar la nómina.

Para auxilio final se ha vendido a André Gomes y como ocurrió con Otamendi por menos dineros de las cláusulas y la petición formal.

El maná iba a ser la solución definitiva. El maná iba a poner la sociedad en el mejor aspecto financiero. Se da la cruel circunstancia de que no se puede cumplir con el «fair play financiero» y para ello haya que vender cuanto se pueda. Para componer el equipo hay que buscar en las rebajas jugadores que no mejoran a quienes ya están en Mestalla y por supuesto ni siquiera a determinados canteranos.

En un par de años de la administración Lim-Mendes, el Valencia tiene más deudas que cuando se anunció el maná. Y ello obliga a operaciones de venta. Todo está en venta menos Mestalla porque si hubiera comprador Lim se resistiría a ello porque esos dineros tendrán que ir a parar a Bankia a quien se debe el oro, el moro y el Micalet.

Posdata. ¿Cuál es el real poder de Suso García Pitarch como director deportivo del Lim-Mendes?

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