Benifaió es una de esas localidades que tuvo el privilegio de albergar uno de los grandes duelos del siglo XIX, de los pocos que han pasado a la historia como desafío entre los del norte y los del sur del Xúquer, es decir, entre la viejas regiones íberas de los edetanos y contestanos. Hablamos del año 1849. La prensa de la época lo igualaba a la célebre partida de Llombai presidida por el general Elío. Aquel duelo cuya extensa crónica publicó el Diario Mercantil Valenciano el 18 de diciembre de 1849, enfrentó a los «brazos de hierro de todo el Reino»: Micalet de Riba-roja, El Paler de Torrent y Caragol de Benimamet contra Roque de Penáguila, Cremades de Bellreguard y Verdú, «El Sagal de Petrer».

Vencieron los del sur y conquistaron una bolsa de sesenta duros de la época. Un jornal agrícola rondaba los seis reales, es decir, peseta y media. Los pelotaris se repartieron el valor de doscientos jornales. Una fortuna.Benifaió tuvo trinquete privado, que desapareció a mediados de los cincuenta. Pero allí siempre hubo gentes dispuestas a mantener la llama de la afición. Se constituyó un club de galotxa que en diversos escenarios, competía en los torneos oficiales.

Con tanta fidelidad que consiguieron la construcción de una cancha preciosa, cubierta, de las mejores de las levantadas y que albergó diversas finales con llenos absolutos. Sin embargo no hubo la renovación necesaria y dejaron de participar en competiciones.

El ayuntamiento trabaja por recuperar la actividad. De la mano de A Mà Pilota organiza una partida el próximo domingo que enfrenta a las dos jóvenes figuras del momento: Marc de Montserrat contra Luis de la Vega. El primero, con Herrera y Carlos de Beniparrell, el de Almussafes con Natxo y Toni de Beniparrell. No se esperan las cuatro mil personas de aquel día de 1849 pero se confía en que este duelo renueve ilusiones y quién sabe si deseos de recuperar la competición.