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Juegos Paralímpicos de Río

Desiré Segarra, la dama de la boccia

La vida de Desiré Segarra, con discapacidad intelectual, cambió cuando, casi por casualidad, se topó con un miembro del club EmpleoAspe. En tres años su evolución la ha llevado a Río y a ser una motivación para muchos

Desiré Segarra, la dama de la boccia

Un campesino descubrió, casi por casualidad, la histórica Dama de Elche que tanta fama mundial le ha dado a esta localidad alicantina. Y así, por una casualidad de la vida, concretamente por un encuentro en un restaurante, un miembro del club EmpleoAspe descubrió haca ahora algo más de tres años a la dama de la boccia. Esta ilicitana se llama Desiré Segarra y acaba de competir en los Juegos Paralímpicos de Río con el equipo español. Poco importa que cayeran en primera ronda, eran un grupo joven y con vocación de coger experiencia. Lo relevante aquí es que su ejemplo ya está sirviendo, como confiesa su entrenador, Juan Ayala, «para que muchos otros jóvenes como ella se interesen por este deporte y vean que grandes retos como los Juegos u otros campeonatos internacionales pueden estar más a su alcance de lo que puedan pensar de un primer momento».

La boccia es, junto al «goal ball», el único deporte que es específico del movimiento paralímpico. Es una adaptación de la petanca y lo suelen practicar personas con discapacidad intelectual como Desiré, aunque también hay una categoría para discapacidad física. En la Comunitat Valenciana cuenta con gran trayectoria con clubes ilustres como el Amics, de Valencia, o el EmpleoAspe que cada vez cuenta con más integrantes.

A este último pertenece Desiré. Ella está viviendo en Río una de las experiencias de su vida y así se lo indica a su entrenador: «Me dice que está súper emocionada. Encantada de estar allí, de vivir este evento, compartirlo con la gente y con el resto de países. En la ceremonia inaugural estaba eufórica. Además la sacaron en televisión en primer plano, fue genial», indica.

Ahora, Desiré y la delegación valenciana de boccia, entre los que está también la veterana árbitra valenciana Bea Castedo, regresará a su tierra y, con ello, seguramente al anonimato. Pero ellos cada vez tienen más competiciones nacionales e internacionales y animan a la gente a que acuda a apoyarles «son gente que de verdad vale la pena y te alegra la vida con su buen humor», concluye Ayala.

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