Se veía venir. Quien haya seguido la evolución de Ariadna Edo durante el último año y medio no puede sorprenderse de la medalla de bronce conquistada el pasado lunes en los Juegos Paralímpicos de Río. En concreto, en los 400m libres S13, la misma prueba en la que saltó al estrellato durante el Campeonato del Mundo de 2015 en Glasgow, cuando también fue tercera. La castellonense, de tan solo 18 años de edad se mostraba «orgullosa por el éxito conseguido, aunque disconforme con el tiempo establecido. Claro que se impone la alegría por la medalla, pero reconozco que lo puedo hacer mejor. El crono no me satisface del todo», apuntaba una inconformista Ariadna.

Preguntada sobre la espectacular remontada protagonizada en el último largo, reacción que le permitió superar a la rival alemana y colgarse el bronce, la nadadora castellonense admitió que, a falta de 100m, «veía casi imposible cazarla, aunque ya me he medido con ella en alguna ocasión, y sé que tiene unos 200m más flojos que los míos. En el Europeo no pude con ella, pero hoy sí, ha merecido la pena esperar», apuntaba la deportista del Proyecto FER.

En el turno de recuerdos y agradecimientos, y entre lágrimas de emoción, Ariadna Edo enumeraba una larga lista de destinatarios: «Se lo dedico al Club Natación Castalia, a mis amigos y, sobre todo, a mi familia, a la que este año he abandonado para irme a Madrid. En los últimos meses, he sufrido mucho. He dejado en Castelló mi vida, mis amigos, mi familia? Ha sido muy duro. De hecho, sigue siendo complicado. Pero alegrías como un bronce en unos Juegos lo compensan todo», apuntaba la nadadora.