Los éxitos en todas las Copas del Mundo anteriores a los Juegos Olímpicos hacían presagiar que Elena López conseguiría, junto al combinado español, medalla en Brasil. Sin embargo, la presión es a menudo mayor obstáculo que las rivales. Nada fue impedimento y en la actualidad la turisana es una de las pocas privilegiadas que cuenta con una presea en la competición gimnástica más prestigiosa.
¿Ya es consciente de los conseguido en Río?
Todavía sigo en una nube. Ha sido una de nuestras mejores competiciones, por no decir que la mejor. Hacía 20 años que no se conseguía y poder llevar a España al lugar que se merece ha sido un sueño hecho realidad del que todavía no he despertado.
El primer día, con la buena marcha del equipo, fue clave para la medalla.
Bueno, al día siguiente partíamos de cero. Es un deporte en el que un mínimo fallo ya te quita la posibilidad de luchar por la medalla. Tenemos dos minutos y medio para demostrar los cuatro años de trabajo, pero teníamos la confianza de que si lo habíamos hecho el día anterior bien, sólo era hacerlo una vez más. Íbamos con el objetivo de realizar los dos días los dos ejercicios limpios y disfrutar de esa bonita experiencia y así fue.
Cuando se llega a la cima, ¿qué queda?
Depende de lo que quieras, si continuar vinculada con el mundo de la rítmica o no. Puedes continuar enseñando a las nuevas generaciones este deporte tan bonito. La gimnasia me ha aportado mucho y, aunque no se pueda vivir de ello, me quedo con el mérito propio.
Con 21 años ha sido dos veces olímpica y ha conseguido un diploma y una medalla. ¿Qué le motiva en adelante?
No suelo ponerme objetivos a largo plazo, ahora estamos disfrutando de este gran momento, de lo que hemos conseguido y el 2017 ya se verá. Pero lo que nos motiva es que entrenamos por aquello que nos gusta y por representar a nuestro país.
Las mujeres volvieron a brillar por encima de los hombres en Río, como también se hizo en Londres en 2012. Sin embargo, ellos continúan acaparando las miradas, en parte por el monopolio del fútbol, en parte por los reductos del machismo que han imperado durante décadas en el deporte. Usted forma parte de un deporte minoritario y es mujer, ¿qué consecuencias tiene?
No me gusta llamarle deporte minoritario. Este deporte mueve muchísimos niños y niñas en España y, bueno, creo que a los hechos me remito, las mujeres también somos grandes luchadoras y en las dos últimas citas olímpicas creo que se ha podido ver. Todos queremos que el trabajo salga bien, lo mejor posible y para eso entrenamos diariamente.
¿Cómo está de su lesión?
Es el deporte de alto rendimiento. Tuve algún esguince y ahora tengo pendiente pasar por el taller y recuperarme lo antes posible.
¿Qué se experimenta en los Juegos Olímpicos que no se vive en las otras competiciones continentales o mundiales?
Estar en la villa junto con los demás deportistas es maravilloso. Aquellos que sueles ver por la televisión en sus torneos, partidos o competiciones y luego puedes estar compartiendo esa experiencia. Es algo que sólo se vive en los Juegos Olímpicos. En las demás competiciones sueles estar en un hotel concentrado.
Algunos deportistas han criticado el abandono que sufren tras brillar en unos Juegos Olímpicos. Sin llegar a esos límites, ¿cómo es el día después? ¿siguen notando el calor del público y de las instituciones?
Hemos tenido apoyo de los medios desde que llegamos. Hay deportes que mueven mucha más gente y que tienen más visibilidad, pero creo que entrenamos bastantes horas y no está de más que se nos reconozca. Desde que hemos vuelto de Río no tenemos queja, no sé qué pasará en unos meses.
Usted está considerada deportista de élite y vive de su profesión. ¿Se siente una privilegiada?
Entré con trece años en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid para dedicarme al deporte que me gusta y a día de hoy, con todo lo que hemos conseguido, sí que puedo decirlo. He tenido que sacrificar algunas cosas para poder venirme a Madrid como, por ejemplo, el separarme de la familia o amigos. Pero todo esfuerzo tiene su recompensa y estoy contenta de la decisión que tomé junto con mis padres ese mes de septiembre del 2008.
¿Cómo observa la situación de la gimnasia rítmica valenciana y exactamente de la Ribera de donde usted procede?
En la Comunitat Valencia hay muy buena cantera así que animo a todas y todos a continuar practicándolo con ilusión y que, sobre todo, disfruten de lo que están haciendo, porque es una experiencia que sólo se puede experimentar cuando estás practicándola.
