La Generalitat Valenciana y Dorna, empresa organizadora del Mundial de Motociclismo, tienen una cita mañana en el Palau presidencial. Las dos partes firmarán el esperado contrato de renovación del Gran Premio de la Comunitat Valenciana por una duración de 5 años. La prueba de Cheste, por tanto, asegura su continuidad como cierre del Mundial hasta el año 2021, a menos de dos meses que concluyera la duración del anterior acuerdo.

La negociación para la renovación del GP que se celebra en el Circuit Ricardo Tormo de Cheste lleva en marcha desde el año pasado. El presidente del Consell, Ximo Puig, y el consejero delegado de Dorna Sports (empresa propietaria de los derechos del Mundial de Motociclismo), Carmelo Ezpeleta, iniciaron los contactos en las vísperas de la carrera del año pasado. El nuevo gobierno valenciano dejó clara su intención, desde el principio, de renovar el acuerdo con Dorna para que Cheste continúe siendo una de las grandes referencias en el calendario del Mundial. Pero solicitó una rebaja en el canon anual que cada temporada paga la Comunitat Valenciana por organizar la última cita del campeonato. El contrato, heredado de la época de Fabra, supone hasta ahora un gasto de 6,4 millones de euros (IVA aparte), más un millón más que cuesta toda la instalación. En total, cerca de 7,4 millones.

Los valores del GP de Cheste son irrebatibles.El director general de Deportes del Consell, Josep Miquel Moya, siempre se ha mostrado a favor de la renovación del contrato. El propio Ximo Puig dejó claro en noviembre de 2016 que las motos están fuera del círculo de los grandes eventos que fomentó el anterior gobierno del PP, con la Fórmula 1 y la Copa América de vela como grandes exponentes. Al margen de la repercusión económica y el atractivo turístico que genera, el Consell considera que el motociclismo es un deporte muy arraigado en la Comunitat. Según un informe de la compañía Millward Brown, la prueba genera un impacto económico superior a los 38 millones de euros.

Entre las más concurridas

Todas las voces del mundo de las dos ruedas coinciden que el circuito valenciano y el Mundial se necesitan. Hay que tener en cuenta que la prueba de Cheste es la cuarta —tras Brno, Jerez y Sachsenring— de las 18 que se celebran que más aficionados lleva a sus tribunas (más de 200.000 espectadores en 2016). El problema que había sobre la mesa es que cuatro citas españolas pueden ser demasiadas para Dorna. Y las otras tres (GP de Cataluña, GP de Aragón y GP de España) están muy bien situadas. Con Jerez y Montmeló intocables, Motorland es otro circuito muy bien considerado. El propio Ezpeleta fue uno de los diseñadores del trazado. Pero ninguno capta la atención de los focos mundiales como el valenciano.

Los detalles de la renovación se conocerán durante la semana. De momento, se sabe que Puig quiere aprovechar el hándicap que tiene la cita de Valencia, última prueba del calendario, para una negociación por objetivos. Puede haber ediciones, como la del pasado año, en las que el Mundial de MotoGP esté todavía en juego y otras donde la prueba llegue a la pista valenciana con todo decidido. De hecho, en los últimos quince años se han disputado en Cheste un tercio de los 45 títulos en juego, aunque solo tres pertenecían a la categoría reina (MotoGP). Una situación deportiva que también afecta a la taquilla final y a los patrocinadores. El año pasado, con el título del Mundial de MotoGP en juego, se superaron todas las expectativas. Encontrar una plaza libre de hotel en 150 kilómetros a la redonda fue tarea imposible.

El Circuit de Cheste, que dirige Gonzalo Gobert, lleva tiempo prepararándose para seguir creciendo. Está en marcha el concurso para construir un hotel en el propio trazado, más allá de las mejoras habilitadas en los últimos años. Una evidencia de que las motos pones a la Comunitat Valenciana en el mapa es que el Consell ha negociado promocionar el turismo en otros GP.