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Una cordada histórica

El día que Valencia subió al cielo

Ayer se cumplieron 25 años de la primera expedición valenciana que holló la cumbre del Everest

El día que Valencia subió al cielo

Eran las 7.30 horas de la mañana (hora española) del 6 de octubre de 1991 cuando los montañeros Juan Carlos Gómez, Joan Grifol, Coque Pérez, Rafa Vidaurre, Moisés García, Javier Botella y la médico Victoria Amigó y el periodista y cineasta Paco López, integrantes de la expedición valenciana al Everest, lograban hollar la cumbre más alta del mundo. Ayer se cumplieron 25 años de una de las aventuras épicas más importantes de la Comunitat Valenciana.

El diario Levante-EMV abanderó este proyecto y, desde el 2 de agosto hasta el 28 de octubre de 1991, fue informando de esta gesta deportiva protagonizada por una maravillosa hornada de alpinistas valencianos que alcanzaron el culmen con la subida al Everest. Rafa Vidaurre y Coque Pérez, los que coronaron la cima, ya eran expertos, ya que el primero había subido en 1986 al Nanga Pargat, la novena montaña más alta del mundo, y el segundo el Annapurna, un año más tarde.

La ascensión se efectuó después de la temporada del monzón,por lo que les esperaba un Everest muy nevado. Tras dos intentos, se produjo el ataque definitivo tras superar la Cumbre Sur, un pequeño promontorio desde el que casi se puede tocar la cima, el Escalón Hillary, una pared vertical de 14 metros, y la cresta cimera, el último paso.

El tiempo acompañó. La acometida final la hicieron con Toño Ubieto y Pepe Garcés, dos montañeros aragoneses. Vidaurre sufrió mucho porque conforme subía iba perdiendo visión, solo veía sombras. Fue él quien pisó la cima primero.

El alpinista relataba a este periódico sus sensaciones en aquel momento. «Allí arriba no puedes ni disfrutar y, en mi caso, fue un auténtico drama. Solo pensaba en salir de allí porque era consciente de que, sin visión, corría muchísimo riesgo de despeñarme en la bajada. Apenas pude llamar con el walkie confirmando que habíamos hecho cumbre». Subieron los otros tres, incluyendo a Coque Pérez, al que le faltaba oxígeno.

Después vendría el descenso. Pérez evoca que Coque Pérez recuerda de aquel descenso «apoyar el piolet más lejos de lo que debía, sacarlo y ver el cielo azul debajo mío».

Y después la gloria. Un recibimiento apoteósico en el aeropuerto de Manises y multitud de homenajes, a los que se sumó Levante-EMV al concederles el Premio Importante del Mes. Eran unos héroes.

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