En unos días algo agitados en el entorno del Valencia Basket tras la derrota ante el Real Madrid y la desvinculación de John Bryant, el conjunto taronja sumó una victoria terapeútica en la siempre difícil cancha de Gran Canaria. El conjunto valenciano realizó un partido serio,sobrio, lejano a los adornos.Lo hizo gracias a la vieja guardia formada por Dubljevic, San Emeterio, Diot, a una gran actuación de Sikma y a la aportación puntual de los recién llegados como Oriola y el debutante ayer, Joan Sastre. Como nota negativa, quedó el hueco que ahora mismo tiene el equipo en la pintura. La ausencia de un pívot nato, tras la ausencia del fallido Bryant, queda como una tarea pendiente de la dirección deportiva encabezada por Chechu Mulero. El juego interior de los amarillos con Hendrix, Planinic y Pasecniks fue un lastre que ayer no costó el partido, pero que en envites futuros puede tener un peaje demasiado alto.

Acostumbrado a no utilizar a los doce jugadores disponibles, ayer la rotación de Pedro Martínez quedó menguada a diez jugadores. Van Rosson y Jankovic fueron en este caso los hombres sin minutos. El técnico catalán optó por dar galones de bases a Diot, que además fue titular, y el belga, en una semana con tres partidos, fue dosificado con vistas a no poner en peligro su puesta a punto. Más sorprendente fue la ausencia de Jankovic. Fichado como un jugador relevante, ayer fue adelantado en la rotación por un Sato, que ante el Real Madrid le ganó la partida al griego. Los partidos y la larga campaña darán oportunidades a a todos, pero es un detalle sintomático.

Arranque sin nervios

El Valencia Basket arrancó con fluidez el choque. Lejos de estar más atenazado tras la derrota ante el Real Madrid, los de Pedro Martínez se aprovecharon de las dudas de los canarios para con un buen trabajo de Sikma y Dubljevic en la pintura y Diot en la dierección, llevar la manija en el marcador , que llegó al tope tras una acción de Oriola (9-20).

El tiempo muerto de Luis Casimiro hizo reaccionar a los locales, lo que unido a las rotaciones en la pista de los taronja, donde por cierto debutó Joan Sastre, propició un parcial de 9-2 en el tramo final del primer cuarto que dejó un sinsabor para los valencianos, que en apenas dos minutos echaron por la borda su buen trabajo inicial (18-22).

En el segundo cuarto, el choque estuvo marcado por el dominio en la pintura del local Hendrix y la capacidad anotadora de Oliver. El Valencia Basket, con la sobriedad de Sato y un trabajo defensivo razonable, seguía llevando la iniciativa (26-31). Sin embargo, el Gran Canaria mantenía una línea ascendente en la pista ante un Valencia Basket algo incómodo y que finalmente le llevó, por medio de Planinic, a ponerse por delante en el marcador por primera vez en el choque (36-35). Un acción en la bocina de Diot volvió a dar la ventaja a los de Pedro Martínez, al descanso, con un botín mínimo (36-37).

Control en la segunda parte

Tras el descanso, los jugadores que ya estaban la pasada temporada echaron de veteranía para frenar los arrebatos locales. Con Sikma como principal estandarte y el acierto exterior con los triples de Vives, Oriola y Sastre, los taronja daban un golpe al partido en el último cuarto (66-77). McCalebb buscó la guerra por su cuenta a la desesperada, pese a no tener su mejor tarde, y el Gran Canaria empezó a ser presa de la ansiedad y los errores. Con la victoria en el bolsillo, San Emeterio se encargó de impedir cualquier reacción canaria y sellar la segunda victoria en liga manteniendo la renta favorable hasta el final. Se cierra una semana intenta con tres encuentros y un saldo de dos victorias a domicilio. No es mal bagaje. El miércoles hay más. Hay Eurocup.