Confesaba Álvaro de Faura, el pelotari que ha pulverizado todos los records en los treinta años del torneo, que su preparación física anual estaba programada con el objetivo de llegar a las fechas del Individual en perfecto estado de revista.

Y así lo demostró durante muchos años, hasta que la edad le apartó de las cumbres. Álvaro fue el primer pelotari de élite que se tomó profesionalmente en serio su preparación, costándole buenos duros. Era tan metódico que el día después de ganar un Individual, jornada que se supone de disfrute y relajo, seguía pidiendo en el restaurante el menú de acuerdo a las adecuadas proporciones de proteínas, vitaminas y calorías. Era así de austero y perfeccionista.

Álvaro tenía en Soro III a su mejor admirador. El de Massamagrell sigue su escuela. Y otro tanto podemos decir de Puchol II, joven pelotari que sabe de la importancia de rodearse de buenos profesionales en materia de preparar profesionalmente a un deportista de élite. O sea, a las 11.30 horas de este 30 de octubre de 2016, las dos primeras figuras de la pilota valenciana pisarán las losas de un abarrotado trinquete de Pelayo, en su mejor momento.

Influencia psicológica

Se habla de la influencia de la final del pasado año. Influencia psicológica. Puchol II saldrá a la cancha convencido de que puede vencer, como a punto estuvo de hacerlo el pasado año. Acude con más experiencia. El miedo escénico de una final en Pelayo, ya no le atenazará.

Soro III saldrá convencido de que tendrá que jugar todo lo que sabe y un poco más, pero que puede vencer. Seguramente debe confiar en que su rival no repetirá la insuperable demostración del pasado año.

Hay dos elementos muy importantes: los saques. Puchol eligió a Oltra. Por algo será. Soro eligió fer el dau en el primer juego. Quiere marcar diferencias desde el principio. Tendrá en Pedrito a un marxaor del quinze como seguramente no hay otro.

O sea, que se mire por donde se mire, hay igualdad en todos los terrenos. Preparados para disfrutar.