¿Ha podido dormir?

Me he despertado a la siete de la mañana muy nervioso, como si fuera a jugar otra vez la final. Iré soltando la adrenalina poco a poco.

¿Muchos wasaps en el móvil?

No los he contado, pero siguen llegando. Julio, el presidente del club de Vinalesa, mi mejor amigo, me envió un wasap muy emotivo. Sé que le hacía mucha ilusión.

¿Ha visto repetida la partida?

Cuando volví a Vinalesa para comer, subí a casa de un amigo y estaban sus abuelos viendo la partida en la tele. Faltaban dos juegos para acabar. Así que allí estábamos los colegas, los abuelos de mi amigo y yo viendo la final. Estaba hasta nervioso viéndolo, aún no me lo creía. Y decía: ´A ver si me gana Soro ahora´. Pude ver la reacción de la gente en el último quinze.

¿Qué momento de la partida tiene en la cabeza?

En el último quinze, cuando la pelota va a l´escala y dices: «ya lo tengo». Aunque no podía desconcentrarme para rematarlo. Es el último quinze de la partida y lo tengo ahí, dándole vueltas. De todas formas, me quedo con la previa. El año pasado, antes de jugar la final, quedamos con «Bene», el número uno de mis fans y que tiene una mano impresionante para la cocina. Nos hizo el desayuno. Este año queríamos repetir, así que a las siete de la mañana mis preparadores, un amigo fotógrafo, «Bene», mi padre y yo estábamos desayunando juntos. Luego dimos un paseo por el pueblo antes de ir a Pelayo. Fue bonito.

¿Se le apareció algún fantasma del año pasado cuando Soro III hizo tres juegos consecutivos?

En ningún momento pensé en la partida del año pasado. No sabía que la partida iba empezar así, yéndome cuatro juegos, era algo raro. Pero sabíamos que sería igualada, que habría tensión y presión. Había que aguantar y no tener ansia. Sabía que Quico iba a reaccionar y, cuando se puso a su nivel, seguí mentalizado. El año pasado no tenía esa experiencia.

En Moncada, sin la lona, ¿también habría ganado?

En Moncada no hubiera podido tirar dalt i moll, pero no sé qué pasaría. También dicen que Pelayo es el trinquet en el que mejor juega Soro III. El trinquet es para todos igual y cada uno se aprovecha de lo que tiene. Era un arma que teníamos guardada. El año pasado no lo hubiese podido hacer porque estaba mucho más nervioso, no hubiese tenido ese temple.

¿Ganar al campeón le deja aún un mejor sabor de boca?

Cuando comenzó el Individual me decían: «A ver si Quico tiene un susto y cae en semifinales». Pero yo quería jugar contra él. No por mí, sino por el espectáculo, porque la gente quiere esa partida y no se puede huir de lo que la gente quiere. Es mi rival, era el campeón y tenía que enfrentarme a él. Quería jugar contra él, aunque me ganara.

¿Le daría la revancha?

Creo que sí. No soy reacio a jugar. Mi trabajo es jugar a pilota y no tengo problema en jugar la revancha. Depende de las negociaciones para las condiciones y hablarlo con mi preparador físico. Sólo habría que llegar a un acuerdo. El año pasado se planteó, pero cuando juegas este campeonato tienes mucha presión encima. Son meses de un constante machaque físico y psicológico. Tiene mucho mérito lo que ha hecho Quico, tantas finales consecutivas, cuatro títulos...

¿Entiende que Soro III no tenga claro seguir el año que viene?

Sí, son muchas horas de dedicación y sufrimiento, tuyo y de tu familia. La recompensa es grande a nivel personal, pero no económico. No creo que sea rentable.

¿Y ya ha pensado dónde va a guardar las camisetas azules?

No sé qué haré con ellas. Al final, es una anécdota que tenga que ir de rojo. Sólo significa que he ganado y por eso soy el favorito.

Tiene 25 años, ¿se ve como Álvaro ganando once Individuales?

Dando batalla espero que sí. Ganar once, ahora mismo, me parece una locura. Espero tener la ambición que tenía Álvaro de ir a por todas y querer ganar siempre. Ganar o perder està al costat, pero hay que estar ahí dando espectáculo, que es lo que quiere la gente.

¿Le van a exigir más en el trinquet ahora que es el campeón?

No me parece bien que por ganar el Individual digan que eres el mejor. Eso de «ahí está el número uno»... Me da vergüenza que digan que soy el número uno. No me gusta. Siempre he intentado dar el máximo todo el año y los que van al trinquet saben cómo juego, no me pueden exigir más. Yo ya tenía exigencia. Los que jugaban contra mí ya me querían pelar ben pelat.

Vinalesa está volcada con usted, ¿para cuándo una calle?

No me gusta eso de las estatuas y las calles. Espera que me retire, pero no me gusta. Vinalesa es un pueblo pequeño y nos conocemos todos. Por suerte, tengo a ese grupo de gente, grandísimo, que me sigue siempre. Es un gran apoyo.

Cuando vaya a la facultad habrá quien no sabrá lo que ha conseguido...

Así de triste es, y más estudiando la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Estoy en cuarto y pocos profesores han sabido que era profesional de la pilota. Podría haberme aprovechado y vender la moto, pero no lo he hecho, sólo cuando tenía algún examen que me coincidía con partidas.

¿Es justo que usted tenga un título y Genovés II ninguno?

Es injusto que él no lo tenga, pero no es injusto que alguien lo gane. Detrás hay mucho trabajo y esfuerzo. Me encantaría jugar una final contra Genovés II. Es muy amigo y me encantaría jugar una final contra él. Firmaba ya un iguales a 55.

Su padre estaba muy tranquilo en la final...

Es raro verle alterado o gritando. Siempre se coloca detrás, en cuarta fila, escondido. No está encima de mí dándome lecciones ni nada de eso. La verdad es que somos un poco así, bastante secots.