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Entrevista

Álvaro Navarro: "Parecía que tenía que perder todos los días y eso me hizo muy fuerte"

«Me alegraba cuando la gente se metía conmigo, significaba que lo estaba haciendo bien», señala

Álvaro Navarro: "Parecía que tenía que perder todos los días y eso me hizo muy fuerte"

¿A qué se dedica ahora?

Estoy trabajando en el Ayuntamiento de Faura, en el área de deportes. Estar de cara al público es complicado porque hay que tener sutileza, pero el mundo del deporte es muy agradecido y es un gusto trabajar en tu pueblo.

¿Siente el cariño de Faura?

Es un pueblo pequeño y la gente es muy cariñosa, muy amable. Estuve diez años viviendo fuera y, aunque no tenía a la gente tan cerca, la respuesta era siempre la misma. No podré nunca devolverles lo que me han dado, tanto cuando estaba jugando como ahora.

Se le ve para jugar...

Cuando me dejé la pilota me propuse algunos retos. Con el alcalde, Toni Gaspar, hicimos la carrera Castelló-Penyagolosa y nos enganchamos a correr. Ahora entreno todos los días. Para mí ha sido una salvación. Después de jugar tantos años y estar acostumbrado a entrenar con una planificación y una disciplina, no concebía una vida sin un objetivo por el que entrenar. Además, por las tardes entreno a los chavales en el Cespiva (Centre d´Especialització de Pilota Valenciana) de la Federación.

¿Hay cantera?

Cuando la Federación me propuso trabajar allí dije que sí con los ojos cerrados para ayudar a la base, por la que tanto hemos luchado. Es maravilloso estar con los futuros profesionales, orientarles, explicarles qué caminos es mejor coger. Es como empezar a jugar con ellos. Y sí, hay mucho futuro. Ahí están Marc Gimeno, Marc Giner... El futuro de la pilota, en cuanto a jugadores, está garantizado.

¿Cómo ve el futuro de la pilota?

Complicado. Hace dos años que me retiré y hemos ido hacia atrás. Siempre ha habido crisis en la pilota, pero de la actual cuesta mucho levantarse. Me gustaría equivocarme. La pilota se debe enfocar hacia el fin de semana. Siempre he luchado por eso, porque no entendía que en invierno tuviera que jugar partidas los lunes a las cuatro de la tarde. Se debe jugar viernes, sábado y domingo. Además, no puede ser que Puchol II y Soro III jueguen el miércoles en Guadassuar y el sábado en Pelayo. Debe haber una nómina de ocho o nueve jugadores, los mejores, con sólo tres partidas al mes.

Usted fue de los primeros en entrenar como un profesional...

En mi primera final, en 1995 contra Paco Genovés, me dije: «He llegado hasta aquí sin prepararme, si me preparo un poco puedo llegar a la final todos los años». Invertí el dinero en lo mío, en preparadores, en un dietista, pruebas de esfuerzo, analíticas... Eso no lo hacía nadie. Me decían que estaba loco. Cuando salía a calentar veinte minutos antes de las partidas, me gritaban que me iba a cansar antes de jugar. La pilota, en eso, ahora está totalmente profesionalizada.

Nunca tuvo el público a su favor, ¿cómo se preparaba psicológicamente los mano a mano?

A mí me ha hecho fuerte la gente. Mi preparador era psicólogo y me aconsejaba cómo canalizar el ambiente externo, pero nunca he usado un psicólogo deportivo. He sido yo mismo. Me alegraba cuando la gente se metía conmigo o cuando no me aplaudían un quinze. Eso significaba que lo estaba haciendo bien. Lo he vivido siempre. Álvaro tenía que perder todos los días y eso me hizo muy fuerte.

¿Cree que la pilota ha sido injusta con usted?

No, pero me arrepiento de que la gente no me haya conocido. He tenido parte de la culpa por no abrirme, no he sido un relaciones públicas. Jugué con 21 años contra Genovés I, que tenía seis títulos, pero nadie se acordó de eso. Luego, con seis Individuales, jugué contra Genovés II y todos iban con él. No le echo la culpa al público, algo tendría yo. Igual era mi carácter, porque en la cancha he sido muy agresivo, era mi forma de ser. Pero siempre que ganaba, menos en dos finales, decían que era por suerte.

Es el que más Individuales ha ganado, ¿por qué su foto no está en la galería de honor de Pelayo?

Hay un empresario que manda y cuelga el cuadro que quiere, como cada uno en su casa. Si cree que Álvaro no debe estar, no debe estar.

¿Fue difícil dejar la pilota?

No hecho de menos jugar a pilota. He pasado los mejores años de mi vida haciendo lo que más me gustaba: jugar a pilota. Si volviera a nacer volvería a jugar, pero tengo una edad y he conseguido lo que he conseguido. Era ley de vida retirarme. Lo hice con cuatro homenajes llenos de gente, con una rueda de prensa con todos los periodistas... No recuerdo una retirada así. Querían que siguiera jugando, pero el momento había llegado. Tenía el apoyo de la gente y tenía trabajo gracias al Ayuntamiento de Faura y la Federación. Si no, hubiera tenido que ir a trabajar a la terra o lo que hubiese salido.

¿A un pilotari que lo gana todo no le da para vivir de rentas?

En la pilota de hoy en día te retiras después de 22 años como profesional y tienes que seguir trabajando. Así está la pilota. Por eso hay que cambiar cosas.

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