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Motoclismo

Adicción a las motos y la cámara

El fotoperiodista Pedro J. Vallespí, una auténtica institución en el mundo del motociclismo, cuenta a Levante-EMV las vivencias y anécdotas vividas en sus 34 años dejándose las piel en los circuitos

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El albúm fotográfico de Pedro J. Vallespí

Por las venas de Pedro J. Vallespí no corre sangre, corre gasolina. Las de las motos que son, junto a la fotografía, sus grandes pasiones. El mismo confiesa que no sabe cuál de sus dos aficiones le atrae más. El colaborador de Levante-EMV es una enciclopedia del mundo de las dos ruedas, no en vano comenzó en 1982 a colaborar con una publicación dedicada al motociclismo y así sigue hasta hoy después de 34 años dejándose la piel por los circuitos.

La afición al motociclismo comenzó pronto. «A los 16 años ya iba en moto, cogía la Vespino de mi padre. El primer día me estampé con ella. El motociclismo lo llevo en la sangre. A los 18 años comencé con las carreras de trial». afirma Vallespí.

Y de ahí el salto al fotoperiodismo. «Empecé en 1982 en la revista Solo Moto y al año siguiente comencé en Levante-EMV. Mis primeras fotos fueron en los triales y en las carreras de motocross con una cámara Instamatic y enseguida las carreras urbanas de velocidad, como la de Cullera. El domingo que no tengo carrera es como si me faltara algo. Aunque también hay una parte de mucho sacrificio, de muchas horas, de mucho sueño, de mal tiempo, pero es nuestro trabajo y nos gusta», relata.

Siente auténtica adicción por la fotografía. «Desde finales de los 80 que empecé con una Kodak Instamatic. Esto se lleva dentro, el domingo que no tengo carreras me falta algo. Es muy sacrificado porque son muchas horas de trabajo, de sueño, pero es mi trabajo y me gusta. Vale la pena pese a todo, puede más mi afición por la foto y la moto».

La abnegación, la capacidad de trabajo y, por supuesto, su sensibilidad, le han convertido en uno de los fotógrafos más conocidos del motociclismo español. Vallespí afirma que vale la pena tanto sacrificio y horas de trabajo. «Para mi sí porque tengo pasión por las motos y las fotos. Yo un fin de semana puedo hacer 4.000 fotos a pesar de mis problemas de cadera, pero ahí estoy aguantando mecha».

El fotoperiodista destaca la gran afición al motociclismo que existe en la Comunitat Valenciana. «En toda la vertiente mediterránea hay pasión por el motociclismo. Como dijo Salvador Gascón «en Valencia das una patada y sale un piloto». Y eso que solo había un circuito permanente, el del Jarama, por lo que la mayoría de las carreras se celebraban en trazados urbanos. La gente se llevaba la motos en los coches y dormía en sus vehículos.

Quizá por no haber un circuito permanente tiene más mérito que hayan salido tantos pilotos valencianos. «Se tenía que correr donde se podía, nos hemos criado entre balas de paja. Pilotos como Aspar, Tormo, Miralles se han formado en carreras urbanas como las de Cullera, Xàtiva, La Algueña, La Bañeza... A la gente le encanta ese tipo de carreras».

Las carreras urbanas

Vallespí cree que las carreras urbanas han sido una gran cantera. «Han salido pilotos valencianos a base de golpes. Con muy poco presupuesto se han hecho muchas cosas».

El fotógrafo valenciano piensa que las carreras urbanas son más emocionantes por la cercanía de los pilotos con el público, «Es posible. En La Bañeza el año pasado había más de 60.000 personas y en la mítica carrera de la Isla de Man fallecen pilotos todos los años y la gente sigue corriendo. ¿Por qué? No sé, por el encanto, por el espíritu de riesgo... Yo no me quiero morir sin verla en directo. Sería mi viaje de novios».

No se decanta cuando se le pregunta por su carrera favorita en la Comunitat Valenciana. «Es muy difícil decidirse por una, pero en todo caso una urbana».

Vallespí argumenta que no es oro todo lo que reluce en el mundo del motociclismo. «No todos los pilotos pueden vivir de las motos. Hay que estar arriba para lograrlo y no todos lo consiguen. Este es un deporte que cuesta mucho dinero. Gente que se juega la vida encima de una foto se merece un respeto, pero s muy fácil criticar desde una barra de bar o el sofá.

No se moja si se le inquiere por su piloto favorito. « Cualquiera que se suba encima de una foto, sea en un circuito, haciendo trial o motocross», dice el fotoperiodista.

El anhelado circuito

Vallespí lamenta lo que tardó la Comunitat Valenciana en tener un circuito de velocidad permanente pese a la gran afición al motociclismo que existe. «A veces, las cuestiones políticas pesan más que los intereses de una afición o de un pueblo. Pero también me fastidia que haya gente que diga que el circuito Ricardo Tormo es una pista de kart grande cuando es un trazado muy técnico, muy de piloto y con una visión muy buena desde cualquier punto». Afición a la que alaba pero para la que también tiene reproches. «No me gusta que la afición esté solo en los grandes premios y que se olvide las otras carreras. La semana siguiente del GP de la Comunitat Valenciana está el Campeonato de Europa y hay cuatro gatos. Y lo mismo pasa en la prueba del Nacional».

El fotógrafo valenciano no se decanta por una época en especial del motociclismo valenciano. «Los 80 con las carreras urbanas fueron muy buenos, ahora hay un buen resurgimiento con los pilotos valencianos. Cada época tiene sus momentos buenos. Es como decir que Rossi es el mejor piloto de todos los tiempos si haber visto otras épocas. Podríamos hablar también de Nieto, Agostini o Ricardo Tormo, que pudo haber tenido un palmarés aún mejor de no haber sufrido el accidente».

A Vallespí le brillan los ojos cuando habla del gran piloto de Canals. «Podría haber llegado mucho más lejos. Tenía el corazón de león y otras cosas también de león». Habla del fatídico accidente que truncó la carrera de Tormo. «Me enteré horas más tarde de haber sucedido. No reaccionaba por lo inesperado, me quedé con una cara como cuando se murió Luis Salom, no te lo crees. Piensas que no es posible, que no se ha muerto y que en cualquier momento puede despertar».

Buena cantera de pilotos

El fotoperiodista cree que hay una cantera de pilotos que aseguran un buen futuro. «Ahora hay muy buenos pilotos: Navarro, Lecuona, Canet si se calma un poco... Jorge Martín y Joan Miró también apuntan muy alto. Hay una cantera detrás muy buena pilotos que tienen mucho futuro, aunque debería invertirse más: si no hay cartera es difícil que haya cantera.

El Gran Premio de la Comunitat Valenciana ya ha comenzado en Cheste. Hasta el domingo, la atención estará puesta en la localidad de La Hoya de Buñol. «Ante todo es una fiesta, tanto para la afición como para los pilotos. Fíjese lo que es para los niños que ruedan por el circuito una hora después de ver a sus ídolos, es un orgullo para éllos».

El mejor GP de España

No duda en calificar el Gran Premio de la Comunitat Valenciana como el mejor de los que se celebran en España. «Como organización creo que es el mejor. Cuando digo esto siempre me dicen que barro para casa pero es la verdad. Solo hay que ver el trabajo de la gente. Y cuando me salen con el tema del tráfico siempre contesto que eso es culpa de la Dirección General de Tráfico no de la organización de la prueba. Y la gente también debe concienciarse de que el uso del transporte público es muy importante para evitar atascos. De todas maneras, esto pasa en Jerez, Montmeló, Aragón...», atestigua Vallespí.

Vallespí hace memoria y recuerda los grandes premios disputados en Cheste que le han marcado. «El año que se le robó el Mundial a Faubel y el del que ganó Nico Terol. Esta carrera fue especial porque ganó un valenciano salido de la Cuna de Campeones».

Cambio de fechas

El fotógrafo afirma que el cambio de fechas del Gran Premio de la Comunitat Valenciana „ahora el último del calendario del Mundial„ no ha restado interés de cara a la afición. «Da igual, la gente va igual. De hecho, las entradas están agotadas pese a que todo está decidido. Cuando era en septiembre las carreras quedaban en medio y los títulos estaban por decidir. Y el lunes hay entrenamientos y habrá mucha gente de nuevo por la cantidad de cambios de equipos que hay para la próxima temporada».

Vallespí considera «un buen negocio» las carreras de Cheste porque «no solo dejan dinero a los organizadores sino también al pueblo y a toda la Comunitat Valenciana. Yo sé de gente que duerme en Alicante o en Castelló. Creo que ha sido un gran acierto la renovación del Gran Premio por el espectáculo, por la promoción de Valencia en el exterior y por la riqueza que genera».

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