El exboxeador Pedro Fernández Castillejos, «Perico Fernández», falleció ayer en Zaragoza en el centro en el que estaba internado bajo la tutela del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, según confirmó el Gobierno autonómico. Perico Fernández, nacido en Zaragoza el 19 de febrero de 1952, llegó a ser campeón del mundo del peso superligero, versión WBC, tras vencer el 21 de septiembre de 1974, en Roma ante al japonés Lion Furuyama, en una victoria a los puntos.

El título había quedado vacante por el paso del campeón, Bruno Arcari, a un peso superior y tanto Perico Fernández como Lion Furuyama eran aspirantes en dicha pelea. Tras retener el título mundial ante João Henrique el 19 de abril de 1975 lo perdió en su segunda defensa, realizada el 15 de julio de 1975 en Bangkok, ante el tailandés Suansak Muangsurin, que le noqueó en el octavo asalto. La posterior revancha en Madrid en 1977 fue también ganada por Muangsurin a los puntos y marcó el declive y la retirada de los cuadriláteros. El abogado José Antonio Visús, que organizó en 2012 un homenaje para ayudar a Perico, que vivía en la indigencia, señaló que era «un fenómeno» y que aunque tenía un «carácter difícil» era «muy cariñoso» con su amigos. «Era una persona a la que cogías cariño a pesar de su carácter, se hacía querer», destacó. «Era un genio», señaló Visús, que también explicó que con la gala se consiguieron los recursos suficientes para que viviera en un piso en condiciones y tuviera cubiertas todas las necesidades.

Hasta entonces el exboxeador dormía en una de las habitaciones de un club de alterne cuando las prostitutas finalizaban su jornada laboral, gracias a que la persona que regentaba el club le permitía pernoctar allí. «Durante unos meses estuvo viviendo asistido hasta que hubo un momento en el que se deterioró su salud por problemas de alzheimer y diabetes. No podía vivir en el piso y pasó a estar tutelado en un centro por la Diputación General de Aragón», confirmó.

José Antonio Visús conoció a Perico desde que era niño porque iba frecuentemente a su colegio a recoger a los hijos del que entonces era su representante, Martín Miranda. «Jugaba con todos los niños que estábamos en el patio del colegio, a cientos. Era una estrella y muchas veces venía acompañado de otros boxeadores muy conocidos como Mando Ramos o de jugadores del Real Zaragoza con los que se entrenaba en algunas épocas», indicó. Visús le califica también como un «fenómeno» y recuerda los buenos ratos de tertulias que compartió con él. «Te lo pongo a la altura de un Dalí o un Picasso en su terreno. Era un honor oirle imitar a Adriano Celentano y los golpes de humor que tenía. Se merece que alguna instalación deportiva de primer orden en Aragón lleve su nombre», añadió Visús.

El exboxeador Alfredo Evangelista declaró que Perico pegaba «como un peso pesado», a pesar de su estatura. «Tenía una gran derecha, era muy listo y pegaba como un animal. Pegaba como un peso pesado para los 64 kilos que pesaba», añadió el exboxeador hispano-uruguayo.