No han pasado dos días desde que conocemos a los campeones individuales de Escala i Corda y de Raspall y ya se habla de la posibilidad de enfrentarlos mano a mano. Moltó ha confirmado a su entorno haber aceptado la propuesta de jugar una partida de desafío contra Puchol II por la que cobraría una bolsa inicial de tres mil euros, que se supone sería la misma que cobraría el campeón de Escala i Corda. Levante-emv confirmó ayer en fuentes de la empresa Val Net las acciones en la dirección de cerrar lo más rápidamente posible esa partida que, «sería un éxito de taquilla asegurado, por su novedad», afirman. Si bien confirman que ambos pelotaris han mostrado su disposición a participar en un evento que adquiriría la categoría de histórico, nada adelantaron sobre las condiciones del mismo. Es evidente que no se trataría de una partida con las normas reglamentarias de una u otra modalidad, pues «no tendría sentido. Cada uno ganaría con facilidad en la suya», aseguran.

Ambos pelotaris entrenarán a puerta cerrada a fin de poder pactar unas condiciones que permitan que ese espectáculo pueda resultar atractivo para los aficionados, y sobre todo, tenga «verdad»; sea factible. Desde Val Net no aportan una sola pista sobre las condiciones del duelo, sin duda a la espera de los entrenamientos a realizar. Cabe aventurar que sería básicamente a «raspall», pero con unas condiciones en las que Puchol pudiera defenderse del poderoso saque de Moltó. No parece razonable que el desafío se juegue «per dalt corda». ¿Hay alguna posibilidad de que la partida sea mixta? A una pregunta referida al respecto la respuesta es muy significativa: «Cualquiera podría jugar contra Puchol o Moltó y ponerle contra las cuerdas, pues todo depende de las condiciones pactadas?», concluyen.

Dada la creciente vitalidad del trinquet de Pelayo, todo hace pensar que el desafío se disputaría en este trinquet y que si el resultado del mismo resultara satisfactorio, se impulsaría una revancha en un trinquet de una zona más inclinada hacia el «raspall».

Lo cierto es que Moltó y Puchol han dado el visto bueno a explorar esa posibilidad de jugar uno frente a otro.