Dos años al frente de la federación. ¿Cuál es su balance?
Hemos hecho bastantes cosas, como incidir en los temas de formación de monitores y de jueces. Es clave, porque si no tienes entrenadores que se preocupen de entrenar a los niños... Con los jueces necesitábamos refrescar un colectivo bastante veterano. Estoy muy satisfecho, además, del trabajo de vertebración. Alicante, Castellón y Valencia vamos de la mano.
Con tanto atletismo popular, la federación y, sobre todo, los clubes, a veces parecen invisibles.
Bueno, había una especie de divorcio entre la federación y los clubes más fuertes. Hemos consolidado la integración. Entre los 25 mejores clubes de España, hay 4 valencianos. Los clubes fuertes tienen su propia dinámica; la federación, la suya. Había diferencias. Es de lo mejor que hemos hecho en esta etapa. En el atletismo, los clubes no son muy potentes, como en el fútbol que está la Liga de Fútbol Profesional. Aquí no podemos pasar unos sin otros.
¿Cómo ha afectado a la federación el «boom» del «running»?
Tengo que reconocer que la federación ha estado tradicionalmente al margen de ese movimiento. No sabíamos integrarlo en la federación. Ahora hemos hecho una comisión de carreras populares con representantes del CD Correcaminos y del Cárnicas Serrano. El atletismo popular ha formado grupos de gente que se ayudan. Tenemos que aprender mucho del atletismo popular en el marketing. En la calle se montan su propio club, se pagan los gastos, forman espíritu de grupo y corren alegremente. Y eso no se veía antes. Eso es lo que tenemos que aplicar en el atletismo de pista.
Pero, ¿sube el número de federados?
El «boom» de practicantes es evidente. Hay 2 millones de personas en España que practican atletismo popular. Tenemos un aumento extraordinario de clubes, pero no de atletas, porque la gente no se federa. Pero es una costumbre española, la gente no se afilia a nada.
¿Por qué se corre tanto en Valencia?
Habría que hacer un estudio más científico. Pero somos las comunidad que más carreras populares tiene. El clima favorece, claro.
¿Cómo entiende la federación el Maratón de Valencia?
¡Cómo ha cambiado la mentalidad de la gente y de las instituciones! En los 70, ibas al Saler, dabas la vuelta y volvías. Te montaban broncas por cortar las calles. Iban 600 personas y ahora 18.000. Es una cosa extraordinaria. El maratón ha subido en cantidad y en calidad. Hubo un punto de inflexión en 2012. Se canceló el Maratón de Nueva York por el huracán Sandy y muchos se vinieron aquí. Y, luego, la Fundación Trinidad Alfonso ha mejorado mucho la calidad. No está mal la estrategia: primero, bajar el tiempo de 2:20, luego de 2.07. El siguiente objetivo puede ser bajar el récord del mundo.
¿Cómo valora el crecimiento de la participación femenina?
Va poco a poco. Pero si en alguna prueba las mujeres pueden ganar a los hombres, es en el maratón. En carreras de potencia, no. Pero en la larga distancia, por una cuestión fisiológica, sí. Es verdad que la diferencia entre el récord masculino (2:02.57) y femenino (2:15.25) se ha abierto en los últimos años. Pero puede ocurrir al contrario en cualquier momento.
¿Qué balance hace los Juegos?
Hubo gente que fue baja de forma o recuperándose de lesiones. Hubo muchos eliminados a la primera. Tenemos un problema. Los atletas se entrenan mucho para hacer la mínima y, cuando llegan a los Juegos, están pasados de forma. En atletismo, el estado de forma es de un 1 mes y medio año.
¿Por qué corremos?
Por nuestra naturaleza. Corremos desde que bajamos de los árboles y después seguimos haciéndolo por necesidad. Ahora tenemos el coche, el garaje bajo de casa, el ascensor... Y al final corremos porque el cuerpo lo necesita. Es curioso, pero consideramos un esfuerzo algo que realmente nos está pidiendo nuestra propia genética.
Aún hay gente que te sale con aquello de «correr es de cobardes» y cosas por el estilo.
Cuando yo era pequeño e iba por el río te gritaban eso de «agarra la moto» y chorradas así. Ahora no escucharás a nadie decirlo. Además, es el deporte más barato. Sales de tu casa y en una hora, en cuanto a tiempo y eficacia para la salud, es lo mejor. Lo que es negativo es lo de los piques y lo de pasarse de los límites.
¿Qué relación tiene con Odriozola (presidente de la federación española)?
Desde que me presenté candidado (después de 20 años a su lado, como vicepresidente) se lo tomó muy mal. Era muy difícil ganar a un presidente que llevaba tantos años. De 65 presidentes de federaciones, solo perdió uno. Ahora la relación es correcta.
¿Le inquieta mucho el dopaje?
Las federaciones ya no tienen competencia. Antes, éramos los que nos encargábamos de la toma de muestras, designábamos a los médicos que iban a hacer el control y las pruebas se iban al laboratorio. Era la propia federación la que comunicaba al atleta si era positivo. Y si salía, entonces iba al comité de competición. Todo ese proceso lo lleva ahora la Agencia Española de Protección de Salud en el Deporte, creada por el gobierno.
