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El eterno campo olvidado

El Sporting de Benimaclet lleva 25 años reivindicando un terreno de juego en condiciones donde jugar debido a la precariedad del campo de tierra de Las Fuentes, integrado en un PAI paralizado

El eterno campo olvidado

­Hubo un día en el que el Sporting de Benimaclet, el club del barrio más septentrional de la ciudad de Valencia, se planteó escribir un epitafio en la puerta de su campo de fútbol que dijese «Bienvenidos a la jungla». Cerrar las puertas y decirles a sus chavales que «se acabó», que se buscasen la vida en otras escuelas porque allí ya no había nada que hacer. Meses después, el club ha rehabilitado su viejo campo de tierra, el último en activo que sobrevive en la urbe. Directivos, padres y futbolistas, todo gente del barrio, cogieron las azadas y lo limpiaron para devolverlo a la vida. Hoy la escuela lo utiliza, otra vez, aunque sea para los entrenamientos de varios equipos de la escuela. Los partidos los juegan en el polideportivo del barrio y en las instalaciones universitarias, pero su reto es volver a ganar partidos en su terreno de juego. Pero rehabilitado.

Una marquesa madrileña, un PAI paralizado desde hace 20 años y el eterno silencio del Ayuntamiento de Valencia marcan la épica trayectoria del Sporting de Benimaclet. En su día, no pudo subirse al tren del césped artificial, la superficie que abrió la etapa moderna de las escuelas de fútbol. El tiempo se paró en el campo de las Fuentes, ubicado bajo la monumental finca Espai Verd, por una serie de circustancias malditas. La suya es una historia «berlanguiana». «Un agricultor cedió la tierra al club a mediados de los 90 y, cuando el campo ya estaba en marcha, apareció una marquesa de Madrid, con su coche de lujo y un notario, diciendo que era suyo y que lo había vendido a una constructora», explica Fran Torrecillas, secretario del club. El plan urbanístico de la zona contemplaba la construcción de otro campo, en el mismo barrio. Aquel PAI, sin embargo, hoy está judicializado. «En 25 años, el ayuntamiento no nos ha dado soluciones y seguimos sin el campo que nos prometieron», afirma el presidente, Daniel Tudela.

La precariedad del campo y la modernización de las escuelas del norte de la Ciudad (Torre Levante e HIstòrics) dejaron a la escuela al borde de la desaparición hace unos años. «Pasamos de tener 300 chavales a sólo 12 en 2012», explican. Pese a la incertidumbre permanente en la que vive la escuela, sin un lugar seguro para jugar sus partidos, el club ha recuperado energía desde la rehabilitación del viejo campo. Les da cierto margen para los entrenamientos de varios de sus 6 equipos. «Nunca podremos ser lo que podríamos haber sido si nos hubiesen arreglado el campo», asegura Tudela.

El viejo campo del Sporting, de donde salió el exvalencianista Jaime Gavilán, es el campo más largo, posiblemente, de la ciudad de Valencia. Mide 107 metros, más que el de Mestalla. Y ofrece anécdotas increíbles. «Hace dos años, cuando aún se jugaban partidos, una árbitro tuvo que llamar a su hermano, más mayor, para preguntarle si era legal jugar en un campo de tierra», recuerdan.

La lucha del Sporting por conseguir un campo en condiciones sigue igual de viva. El barrio no se ha rendido. «Esta semana nos reunimos con el ayuntamiento otra vez, pues en mayo el alcalde nos prometió una solución. No la hay, pero seguiremos luchando», explican en la vieja caseta de ladrillo del campo, 8 metros cuadrados con mobiliario «vintage».

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