La mítica Subida al Garbí vuelve dos años después. La carrera más popular de coches de la Comunitat Valenciana y uno de los referentes del rally nacional, se celebrará el próximo 18 de diciembre en Serra, como antaño. Así lo tiene anunciado el Ayuntamiento de Serra, que da por segura la legalidad de la carrera pese a la prohibición vigente de la Consellería de Medio Ambiente, que continúa sin autorizarla. Una ley autonómica y un decreto avalan la celebración de la carrera, que no pudo celebrarse el año pasado por una orden emitida por Medio Ambiente en 2010, referente a la protección de la Sierra de la Calderona. El área de la que es consellera Elena Cebrián da por hecho que la situación, ahora, «es la misma que hace un año». «No hay permisos, nada ha cambiado», asegura el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro.

Mientras la Generalitat niega la legalidad de la Subida al Garbí, el ayuntamiento de Serra lo tiene claro. Ninguna duda al respecto. «Habrá carrera esta año», asegura su alcalde, Javier Arnal, del PSPV. La localidad de Camp de Tùria ha recuperado la prueba después de un curso fuera de cartel por los obstáculos legales. En su día, la Conselleria de Medio Ambiente no lo permitió por una orden de 2010. Concretamente, por el Plan de Uso Público del Parque Natural de la Sierra de la Calderona, que hacía incompatible el rally de más tradición de la Comunitat Valenciana. Sin embargo, concedió una moratoria de 5 años, hasta que en 2015, comunicó „con el nuevo gobierno autonómico„ que había expirado. Pese a las protestas de la Escudería Bengala y la Federación de Automovilismo de la Comunitat Valenciana, principales organizadores de la prueba, no se celebró. La localidad de Serra también mostró su disconformidad. Por una parte, consideraba que el rally no producía ningún daño al parque natural y, por otro, se lamentaba de las consecuencias de su anulación. Hay que tener en cuenta que la Subida al Garbí tiene un relevante impacto económico en la zona.

Un año después, la organización ha encontrado suficientes argumentos legales para organizar la carrera. Así lo han visto el alcalde de Serra, Javier Arnal, la diputada autonómica del PSPV Mercedes Caballero y el director general de deportes de la Generalitat Valenciana, Josep Miquel Moya, que han defendido desde el principio el interés deportivo, sociocultural y económico de la Subida al Garbí. Hay una ley autonómica y un decreto autonómico que avalan su celebración, ambos con rango superior a la orden de Medio Ambiente de 2010.

Por una parte, la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Generalitat Valenciana (2003) dispone que «el ayuntamiento es la administración competente para autorizar o denegar las actividades que discurran dentro del término municipal». El rally, que en alguna edición también pasó por el término de Torres Torres, sólo «toca» esta vez el dominio de Serra. Y su ayuntamiento ha tomado una decisión.

Una segunda vía jurídica respalda la carrera. Se trata del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), un decreto de 2001 por el cual «se prohíbe, con carácter general, la realización de competiciones deportivas de vehículos con o sin motor, como rallys o carreras de trial, salvo las que se desarrollen en carreteras asfaltadas (...)», como es el caso.

«Arrastra» a 10.000 personas

El «rally» del Garbí, que celebrará en diez días su 46 edición, tiene un presupuesto cercano a los 15.000 euros. Más de diez mil personas se desplazan a los pueblos de Serra y Náquera, principalmente, para seguir la carrera. La prueba tiene un claro efecto dinamizador sobre la comarca. La primera Subida al Garbí se celebró en 1905.