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Polideportivo

La nueva perla del voleibol español es de Casinos

Adrián García, que juega en el Lugo, quiere estar en la selección absoluta y convertirse en un referente para la juventud

La nueva perla del voleibol español es de Casinos

Adrián García Ibáñez nació hace 17 años en Casinos. Hoy es una de las figuras emergentes del voleibol español. Nunca pudo imaginar que su deporte favorito no fuera el «fútbol» -declarado valencianista- o el «básket». Un día, en la escuela del pueblo, -colegio de infantil y primaria, La Pau- su profesor de Educación Física, Voro Farinós, le aconsejó que se apuntase al club de voleibol «Conqueridor», de Valencia. «Tienes muchas cualidades para el voleibol y es una lástima que no pueda aprovecharlas. Es alto, rápido de reflejos y con una inteligencia especial?», vino a decirle a sus padres. Y los padres aceptaron el reto.

Con el club Conqueridor, que jugaba en el pabellón de La Petxina, y hoy lamentablemente desaparecido, pudo viajar por media España como integrante de la selección autonómica valenciana. Posteriormente, gracias al instituto del CEI de Cheste, dedicado a deportistas de élite, pudo compaginar sus estudios de secundaria con su deporte favorito. Todos los días de la semana, un mínimo de tres o cuatro horas de entrenamiento. Y los fines de semana, dura competición.

Entrenador decisivo

De su etapa de Cheste se queda con su entrenador Juanjo Susín, que hoy es entrenador del CAI de Teruel, uno de los mejores equipos de la primera división española. «Él me enseñó todos los secretos de este deporte. Ha sido una persona a la que estoy profundamente agradecido», resalta el joven deportista.

Alto, espigado, de ojos azules y de carácter afable, Adrián sólo tiene tiempo para estudiar y practicar su deporte. Hoy milita en el club EMEVÉ de Lugo, de la segunda división nacional. Allí dispone de una beca de estudios, alimentación y hospedaje que le permiten alimentar su sueño de «disfrutar de lo que más me gusta y luchar por mejorar», dice. Ha de levantarse todos los días a las seis de la mañana para pesarse. «Es una dura disciplina, pero muy necesaria para seguir progresando en busca de la perfección», manifiesta, convencido de lo que hace.

«Se trata de un sacrificio personal diario. No es fácil estar lejos de la familia, ni para ellos ni para mí, pero todo se compensa con los buenos resultados en los estudios y en el deporte», afirma satisfecho. Adrián sigue con los amigos y amigas de su niñez: «No creo que me tengan envidia, son mis amigos?», afirma con una sonrisa en los labios.

Presume de una formación en valores en el seno de una familia de pueblo, trabajadora, que ha conseguido una posición gracias al esfuerzo acumulado de varias generaciones de fabricantes de turrones y peladillas. «No puedo defraudar la confianza de mis padres hacia mi persona y hacia mi trabajo. No me lo perdonaría», afirma con una envidiable madurez el joven deportista. «De momento no he repetido ningún curso. Eso es lo primero», resalta con orgullo.

Ser un referente

Adrián viaja a Palencia con la selección sub 19 que prepara el Europeo del próximo verano en Grecia. «Quiero jugar con la selección española absoluta y voy a seguir progresando para poder estar con los mejores de España», afirma. Y a lo lejos, un sueño: «Ser un referente para la juventud deportista. Los jóvenes necesitamos metas e ilusiones. El voleibol es un instrumento de formación humana que hay que potenciar. Es un juego de equipo que condensa los mejores valores del deporte» concluye el joven de Casinos.

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