Chechu Mulero (Bolaños del Campo, 1968), asumió la dirección deportiva del Valencia Basket en 2014 tras haber llegado al club «taronja» como segundo entrenador en 2004. Ambicioso, comedido y poco amigo de acaparar protagonismo, ha sido sido responsable de confeccionar plantillas que en los últimos años han competido de tú a tú ante el Barcelona o Real Madrid. Satisfecho por el rendimiento del equipo cuando se ha llegado al ecuador de la competición, Mulero no esconde la ambición por completar una buena campaña y, sobre todo, alcanzar la mejor Euroliga de la historia. Las salidas prematuras de John Bryant o Vladimir Jankovic no han impedido que el bloque «taronja» marche a paso firme logrando el fichaje de Kravtsov, que mejoró al equipo.
¿Satisfecho por el rendimiento del equipo tras la primera vuelta?
El papel del equipo ha sido sobresaliente. Se podía pensar que alguna derrota ha sido sorprendente, pero también hemos ganado en pistas difíciles como la de Las Palmas, Málaga o Murcia. Vamos segundos solo por detrás del Real Madrid, que está a una victoria, y es meritorio porque hace muy poco parecía un rival intocable y lo tenemos ahí.
¿Cómo ha gestionado la plantilla los problemas pese a los buenos resultados?
No ha sido una primera vuelta fácil donde todo haya ido perfecto. El equipo ha hecho un esfuerzo diario no solo en la ACB sino también en Europa, donde hemos ganado a equipos importantes como el Hapoel Jerusalem, Lokomotik Kuban o el Ulm, que aún marcha invicto en Alemania aunque se decía que era un equipo comparsa. Se han hecho cambios de jugadores, salió Jankovic, problemas físicos con la lesión de Dubljevic, o la vuelta después de mucho tiempo de Van Rossom. Y, pese a ello, la dinámica de trabajo ha sido muy buena gracias a que hay excelentes personas en el vestuario.
¿Cómo definiría al grupo humano que forma la actual plantilla del Valencia Basket?
Hay jugadores que aportan desde el trabajo oscuro más allá de lo que indican las estadísticas. En nuestros partidos, se han dado circunstancias de que algunos jugador no han tirado en un partido porque no están en la mejor situación y prefieren ceder el protagonismo a otro compañero en una mejor situación. Esa solidaridad es clave.
¿Hasta dónde cree que puede llegar este Valencia Basket?
En esta primera fase de la competición se han reafirmado los objetivos que nos habíamos marcado al comenzar. El reto es quedar lo más arriba posible y en eso estamos. aunque también es verdad que hay más equipos en la pelea que los podíamos esperar. En la Eurocup, la eliminatoria a tres partidos a partir de los cuartos de final cambia el dibujo. Aquí debemos sumar las máximas victorias posibles y con la mayor diferencia de puntos. En la Copa del Rey, es el torneo más bonito, pero también el más difícil con siete equipos que juegan competición europea y un Andorra que está haciéndolo muy bien.
¿El gran reto es volver a jugar la Euroliga?
Debemos pelear y no renunciamos a nada. Hay dos vías abiertas y son difíciles, aunque vamos a estar hasta el final para lograr un objetivo preciado. El nivel de la Euroliga es magnífico y tanto la afición como el club creo que nos merecemos participar en ella.
Hablaba antes de los cambios en la plantilla, ¿afectó mucho a la hoja de ruta inicial la salida de Bryant y posteriormente la de Jankovic?
Varió poco y no nos trastocó los planes en exceso. En lo de Bryant esperamos hasta el final. El club reaccionó bien desde su llegada y la revisión médica, y el único problema que supuso fue el de tener que buscar un sustituto para él. Cuando lo encontramos con Kravtsov, hicimos el cambio y se ha demostrado que hemos acertado. Con Jankovic nos planteamos para esta temporada tener una plantilla de 13 jugadores y reconozco que no fue una situación fácil para nadie, ni para los jugadores ni incluso para el entrenador. Él no lo llevó bien y se buscó una salida beneficiosa para ambas partes con su cesión al Aris.
Aunque aún quedan meses de competición, ¿quedan muchos deberes en cuanto al futuro del equipo?
Hay que tomar muchas decisiones aunque hay que esperar más tiempo. Todos esperamos acabar bien y de la mejor manera posible, y, si eso sucede, las decisiones a tomar serán más sencillas.
