Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La alternativa de Pablo y Dealbert en Castalia

Los exjugadores del Valencia, todavía en activo, insisten en comprar el Castellón, que acumula una deuda de 4 millones

La alternativa de Pablo y Dealbert en Castalia

­Alejado de un pasado de éxitos que le llevó a militar 11 temporadas en Primera y a alcanzar la final de la Copa del Rey en 1973, el pasado domingo el Castellón vencía al Ontinyent por 1-0 en Castalia y acumulaba su 18ª jornada consecutiva sin conocer la derrota. Los albinegros son ahora mismo terceros del grupo 6 de Tercera y buscan un ascenso que el año pasado se escapó en la tanda de penaltis en Gavà. Pero, a pesar de la buena marcha del equipo, en las gradas apenas 800 personas recibieron con una sonora pitada al presidente y propietario del club, David Cruz, que no se sentaba en el palco desde octubre.

Sin músculo económico y enfrentado con la grada y las instituciones, Cruz gestiona una entidad moribunda que acumula seis temporada en la cuarta división, acarrea con más de cuatro millones de deuda, se retrasa en los pagos a la plantilla y ni siquiera cuenta con un médico para sus jugadores. Pero aún así, fue capaz de despedir al anterior técnico, Frank Castelló, por correo electrónico en Nochevieja y le impidió dar la rueda de prensa de despedida en Castalia, por lo que la dio en una cafetería.

A finales del pasado año, Cruz hizo pública su intención de abandonar el club, tras cuatro años y medio al frente del mismo, si aparecía algún comprador. Los exjugadores del Castellón y del Valencia, Pablo Hernández y Ángel Dealbert, han recogido este guante y, junto a Jordi Bruixola, exdirector de Comunicación del Valencia y que ejerció como director general del equipo de la Plana en la segunda mitad de la anterior temporada. Bruixola se ha movido desde julio para reunir inversores capaces de desalojar a Cruz de la presidencia. Dealbert, de 33 años, todavía juega en el Lugo y Pablo, de 31, en el Leeds United inglés.

Pero, a pesar de su teórica disposición a vender, Cruz es incapaz de alcanzar acuerdos de compra por su actitud y sus pretensiones económicas. Además, existe un problema en la propiedad de sus acciones, ya que hay un proceso abierto entre los anteriores dueños, Castellnou y el actual presidente. Si se fallase a favor de los primeros, el club volvería a sus manos y deslegitimaría cualquier venta. Dealbert y Hernández se presentan como alternativa para un club que camina en la cuerda floja desde hace demasiado tiempo.

Compartir el artículo

stats