Noche de las que perdurarán seguro con el paso de los años es la que ayer se vivió en la Fonteta. El Valencia Basket desafió todas las trabas, los malos augurios que le ponían cuesta arriba su supervivencia en la Eurocup para imponerse con corazón y fuerza al poderoso Khimki de Moscú y meterse en las semifinales de la Eurocup. El equipo de Pedro Martínez hizo ayer más grande su leyenda de conjunto inmortal en un choque donde supo exprimir al máximo todas sus virtudes y sacar poco a poco de quicio al conjunto ruso. La Fonteta tuvo mucho que ver. Durante los días previos a este encuentro el club taronja había movilizado a todos sus seguidores con el objetivo de crear una auténtica caldera, y vaya si se creó. Los jugadores del Valencia Basket se contagiaron de ese fervor para ofrecer lo máximo que podían y en esa conjunción perfecta salió el arma más letal que podía encontrarse el Khimki que pese a tener al jugador mejor pagado de Europa no tenía ni de lejos ese calor de los aficionados ni por supuesto esa sangre caliente que el equipo taronja saca a relucir en los momentos claves. Con Vives en la plantilla se demostró además la implicación de los jugadores. Tres días después de haber sufrido un esguince en Vitoria el jugador se victió de corto para ayudar a la causa. Loable.

Triunfo del colectivo

Con la energía de Van Rossom el Valencia Basket quiso demostrarle desde el salto inicial al Khimki que le iba a poner el partido complicado. Con el paso de los minutos el conjunto valenciano comenzó a depender en exceso de su acierto exterior, que no estaba siendo bueno, lo que propició que el equipo de ruso con más criterio y acciones individuales de Rowland y Shved se marchara con ligera ventaja al finalizar el primer cuarto (15-19). Los taronja cambiaron su estilo de juego en el segundo cuarto con un mayor equiliro interior donde Sikma tuvo un protagonismo especial. El norteamericano supo leer a la perfección el desarrollo del encuentro castigando a Hummel en la pintura y trabajando el rebote. Una mejora en defensa, el control a Sokolov y Todorovic por parte de Dubljevic y un mayor acierto desde el triple permitió a los de Pedro Martínez recobrar la iniciativa en el marcador al concluir la primera mitad (39-34). El paso por los vestuarios marcó el desenlace del partido. Con un juego de auténtico manual, el conjunto de Pedro Martínez logró en un momento enfervorizar a la Fonteta con un marcador de escándalo (56-38). El Khimki estaba contra la cuerdas y fruto de sus individualidades logró mitigar su desventaja al inicio del último cuarto (66-57). El juego colectivo de los valencianos ganó a la anarquía ofrecida por el equipo moscovita que ante la evidente superioridad del Valencia Basket hincó la rodilla. El último minuto fue vivido con la Fonteta en pie, coreando a su equipo, no era para menos, la gesta se había hecho realidad. Solventado el escollo ruso ahora llegará el Hapoel.