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Entrevista

José Antonio Redolat: "Antes, la felicidad estaba en una comilona; ahora está en correr"

El excampeón de Europa de 1.500 metros y mejor mediofondista valenciano de todos los tiempos, que dirige el club de atletismo popular más numeroso de la ciudad de València, asegura: «El 60 % de los corredores que llega al equipo no sabe quién soy»

José Antonio Redolat: "Antes, la felicidad estaba en una comilona; ahora está en correr"

P ¿Cuántos atletas tiene en su equipo?

R Más de 400 están compitiendo, pero hay unos 600 censados. El miércoles pasado había entrenando 200.

P Va a tener que poner un límite.

R Bueno, es difícil gestionarlo todo, que quepamos en el río, que no molestemos mucho. Pero estamos bien organizados con gente que me echa una mano como Vicente Villalba y Carlos Grima. Si no, sería inviable.

P ¿Está cambiado el concepto de entrenamiento del atleta popular?

R Es un deporte que puedes entrenar a cualquier hora, en cualquier sitio, no necesitas a nadie. Si lo complementas con un par de días de entrenamiento grupal, en un club, estás mejor. No sólo porque te relacionas con la gente, sino porque te guía mejor hacia una vida saludable.

P Cada vez hay más clubes en Valencia (Runners Valencia y Team 3FDC son los otros más numerosos). ¿Se llevan bien?

R Sí, cada vez hay más. Nos llevamos bien, porque lo que interesa es que la gente corra. Estamos en la capital mundial del running y lo que buscamos todos es disfrutar.

P Pero la competencia es inevitable, ¿verdad?

R Menos de lo que la gente se cree. Hacemos cosas en común entre clubes, como el largo XXL previo al maratón. Hay buen rollo. A ver, pique deportivo sí que hay, porque a todos nos gusta ser mejores. Pero incluso en mi equipo hay piques.

P Sube el número de populares (especialmente mujeres y veteranos) que se apuntan a los clubes y, por tanto, entrenan mejor. ¿Vamos hacia un atletismo popular más competitivo, con mejores tiempos en todas las categorías?

R Claro, y se comparan los tiempos unos a otros. En las carreras, cada uno sabe con quién compite. Y dentro de los clubes, también. Todos los clubes tenemos clasificaciones internas de las carreras que dan más picante a esto. Que ahora casi la mitad de los corredores, un 40%, sean mujeres, lo dice todo.

P ¿Hay más corredores novatos que llegan con prisas para correr el maratón?

R El Maratón de Valencia es de los mejores del mundo y todo el mundo quiere correrlo, pero aquí lo tenemos claro. Asesoramos y empezamos por distancias cortas, con entrenamientos dirigidos. Aunque seamos muchos, tenemos mucho control. La gente sigue muchas rutinas por internet y no siempre se ajusta a cada uno.

P ¿Y el dopaje? ¿Hay corredores populares que se dopan?

R Yo, que he estado en la élite, he oido de todo. En España, como es el país de la envidia, se acusa al que va delante de ir dopado. ¿En el popular? Yo creo que el doping no hace correr tanto a la gente como se cree.

P ¿Tiene techo el atletismo popular? ¿Por qué la gente corre?

R De momento, no. Antes la felicidad estaba en otras cosas, como irse de comilona. Ahora está en correr. Yo veo feliz a la gente que corre. Además de sentirse bien, ahora se relacionan más en los clubes.

P ¿A Redolat le reconocen los corredores por el río?

R Algunos, pero te digo que el 60% de los que entran en el equipo no. Pero eso me gusta, porque significa que vienen porque el Redolat Team lo está haciendo bien.

P ¿Sigue corriendo? ¿No le dan ganas de probarse en un 1.500?

R Menos de lo que me gustaría (sonríe). Si corro, son populares y con la gente del club, para ayudar. El año pasado corrí la Media y algunas cortas. ¿El 1.500? Qué va. No quiero medirme (se ríe). Cuando entreno con el grupo de pista, veo que aquello pasó a mejor vida para mí.

P Campeón de Europa, semifinalista olímpico, sexto del mundo. ¿Cuál es su mejor servicio?

R Me quedo con el Europeo de pista cubierta, mi mayo éxito. Aquel día estaba convencido de que iba a ganar. La competencia era brutal, pero controlé toda la carrera y en la última vuelta ataqué.

P Le dieron la plaza olímpica (Sidney 2000) en lugar de Reyes Estévez. Aquella decisión causó polémica.

R La federación cambió el criterio y en vez de elegir a los mejores del año anterior (Fermín Cacho, Reyes Estévez y Andrés Díaz habían sido tercero, cuarto y quinto del Mundial de Sevilla, respectivamente), nos llamó a Juan Carlos Higuero y a mí, que estábamos mejor aquel año. Hubo polémica, sí, pero siempre hemos tenido muy buena relación entre nosotros. Él sabe que su estado de forma no era bueno.

P Años después, España dejó de ser una potencia en 1.500.

R Entonces la dedicación era my alta y había más dinero, mucho más. Podíamos dedicarnos a ello sin pensar en otra cosa. Ahora, dedicarte al cien por cien es un riesgo, porque no se gana ni una cuarta parte. Hoy, el atleta de élite español no gana dinero.

P ¿Tiene alguna espina clavada?

R Conseguí grandes cosas, pero podría haber dado más de mí. Las lesiones en los tendones de Aquiles me mermaro, pero en algunas épocas entrené muy bien y sé que podría haber logrado mejores marcas. En el Campeonato del Mundo de 2001 (Edmonton) estaba para conseguir medalla y quizá en Sidney pude pasar de las semifinales. Pero ahora estoy satisfecho, muy satisfecho, de haber enlazado el atletismo profesional con el popular.

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