El Valencia Basket tiene a tiro su cuarto título europeo. Levantará la copa el viernes si gana en Málaga. O en el peor de los casos, jugaría un tercer partido en La Fonteta la semana que viene. El equipo taronja se ha adjudicado el triunfo en el primer partido de la final de la Eurocup en un final agónico ante Unicaja, El triunfo no se confirmó hasta los últimos minutos, después de ir por detrás en el marcador hasta el minuto 37, casi hasta el último cuarto. Fue ahí cuando, impulsado por la fuerza de La Fonteta, se aferró a la victoria.

Un triple de Thomas al filo del final del tercer cuarto permitió ver mejor las cosas (47-46). Su rival, desgastado por haber llevado el peso del partido, no tardó en verse superado: a mitad del último cuarto, La Fonteta ya pensaba en el viaje del viernes a Málaga (60-52). Tenía sus motivos. Después de haber jugado un baloncesto raquítico, con un sufrimiento inesperado bajo los aros, iba por arriba en el marcador.

Guiado por Fogg, un base fantástico, el Unicaja marcó el camino del partido. Pese a su mayor esfuerzo defensivo, que bloqueó a Dubljevic durante casi todo el tiempo, el Valencia Basket resistió sobre el alambre: 20-20 al final del primer cuarto y 35-35 al descanso. Una locura.

Todo estaba por decidirse y el primer partido de la final no empezó a definirse hasta el último cuarto. Todo costaba el doble de lo habitual ante un equipo rocoso, muy bien preparado para la cita. Los triples de Thomas, el trabajo de Sastre y el sacrificio colectivo (los puntos quedaron muy repartidos), llevaron al conjunto de Pedro Martínez a un triunfo casi agónico. A un triple de Dubljevic a falta de 5 minutos (65-57) respondió el Unicaja con otro (65-60). Y luego otro de Dubljevic -al que el público pidió el MVP- que dejó el partido encarrilado. Y, por supuesto, la final. Falta una victoria para volver a tocar el cielo y volver a la Euroliga.