En un partido muy tenso y enmarañado, el Valencia Basket ha regalado al Unicaja el título de la Eurocup, la primera su historia. El equipo de Pedro Martínez se encogió en el último cuarto, desperdició una ventaja clarísima, falló diez triples seguidos y La Fonteta se quedó petrificada. No podía creérselo. El premio gordo para Unicaja es clasificarse directamente para la próxima Euroliga. El Valencia Basket ha perdido las dos finales disputadas este curso, también cayó en la Copa del Rey ante el Madrid.

Otra vez el Unicaja, como el pasado viernes en Málaga, salió a comerse al Valencia Basket. Y jugó con soltura, sobre todo por parte del joven base Alberto Díaz, inspirado desde el primer instante. Dos triples casi seguidos de Sastre metieron al conjunto de Pedro Martínez en la final. Y otros dos triples de Dubljevic pusieron por primera vez a Valencia por delante en el marcador, justo antes del final del primer cuarto.

Los errores de Sikma impidieron despegarse al Valencia Basket en el segundo cuarto. El Unicaja se había estancado, pero el conjunto taronja entró en una fase enmarañada en la que no supo marcar distancias. La primera parte acabó con tres puntos de ventaja de los valencianos, aunque con muchos errores y pocos puntos. Hubo, sin embargo, un acto muy deportivo del pívot Omic, que corrigió un error arbitral al reconocer que había sido él quien envió la pelota fuera.

El Valencia entró mejor en el tercer cuarto. Gracias a un triplazo muy suave de San Emeterio, sus primeros puntos en el encuentro. Los jugadores de Pedro Martínez entendieron esa canasta como un toque de corneta: era el momento de disfrutar del baloncesto con velocidad y acierto. Otro triple de Van Rossom desde una esquina levantó de su asiento al mandamás de VBC, Juan Roig.

Un manotazo de Nedovic a Rafa Martínez provocó la ira del capitán taronja y de la Fonteta, pero quien fue descalificado fue Omic, que había entrado en la cancha a separar a los dos implicados. Una injusticia arbitral, pues se trataba de una falta antideportiva de Nedovic y nada más.

La exclusión de Omic fue una losa para Unicaja y eso se reflejaba en la cara de Joan Plaza, todo un poema.

Claro que Valencia Basket debía anotar y empezó a costarle. Perdió cinco intentos en un mismo ataque, tras otros tantos rebotes. Diez triples seguidos fallados. Sin pívots, el Unicaja le dio la vuelta al encuentro y La Fonteta se quedó perpleja y llena de tristeza.