El partido acabó sin goles y con una doble sensación. El Castellón dejó escapar una buena oportunidad para virar el ánimo general y el Poblense se marchó de Castalia con el objetivo alcanzado. El empate deja la primera eliminatoria de la fase de ascenso en suspense para la vuelta. El pase se decidirá en territorio balear tras un encuentro de pocas ocasiones y nula efectividad. La humedad empapaba Castalia en una tarde plomiza. Las gaviotas planeaban sobre el viento racheado intuyendo una tormenta que no se llegó a dar. Como reflejo, el partido tampoco rompió, seco en las áreas, y languideció en un merodeo eterno y tenso, 0-0 empezó y terminó.

El nivel fue parejo. El Poblense acható a Esaú tirando la línea adelantada en cada uno de los frecuentes balones largos al ariete albinegro. Si el Castellón generó de vez en cuando algún tipo de peligro a partir de esta maniobra, fue por la influencia con y sin pelota de Yagüe, escolta en la delantera. En una de ellas el portero Molondro hubo de intervenir al límite de la frontal, y del saque de banda posterior nació la ocasión más clara del partido. Marenyà picó un pase al meollo del área que Yagüe dejó pasar iluminando la llegada de Lolo Ivars, en diagonal desde la izquierda. Era el minuto 8 y Castalia se relamió para cantar gol, pero el remate en globo de Ivars, con Molondro vendido a media salida, se marchó fuera.

Poco a poco, el Poblense fue capaz de desbravar el ímpetu local. Probó a Zagalá con disparos desde la media distancia, pero encontró menos de lo deseado espacios entre líneas, tapados los pasillos por la intendencia castellonense, aliada con el mal estado del césped para enredar la turbina de pases visitante. Al Castellón le quedó fuelle para un par de empujones postreros, pero no concretó.