Un entusiasta «trinqueter» como Martí, «Peluco» le ha dado vueltas a la cabeza para celebrar su cuarto aniversario colaborando con el club y el ayuntamiento local en revitalizar la vida de la pilota valenciana en esta localidad. Peluco ha bautizado al trinquet como «Catedral del Túria», y a fe que, si quitamos la Seu, que sería Pelayo, en la ribera del Túria ha eclipsado a los trinquetes de Llíria, La Pobla o Riba-roja. Ya no están los trinquetes de Benaguassil, Benissanó, Bétera o Burjassot, que hace años se convirtieron en fincas de pisos.

Apenas centenar y medio de personas se han juntado en Vilamarxant para disfrutar de un cartel en el que aparecen los nombres de Genovés II, Santi, Pere Roc, Félix, Puchol II, Bueno, Soro III y Salva. Ocho primeras figuras del mundo profesional. Nadie ha dejado de pagar religiosamente la entrada. Hasta el vicepresidente del club. O Pepet, el recordado «punter».

Por allí vimos al Gat I, uno de los grandes, o a Vicent Pataques? Tienen cada tarde del viernes un lugar de encuentro y de recuerdos? «Entre todos hemos de colaborar a que esto pueda sostenerse?», dicen desde el club.

En el primer duelo de parejas, Genovés II se impone a Pere Roc. En el segundo, se anuncia una novedad que, piensa Martí , puede ser atractiva: desaparece el saque al dau y se sustituye a «tocar escala» tras botar la pelota a la altura del siete, en el resto.

Bueno, de Meliana, la saca sin botar con la izquierda, de palma al aire, y castiga a Soro III. Soro III opta por sacar en el resto y Puchol II responde sin excesivos problemas. El de Vinalesa domina de principio a fin con un juego espectacular que come la moral a los rivales. Bueno de Meliana deja su sello de pelotari grande, capaz de compartir cartel con los más consagrados. Al final, un 60 a 40 a favor de Puchol II, que pudo ser incluso más cómodo. Una semana redonda para el campeón individual que dos días antes vencía en unión de Javi frente a Pere Roc, Félix y Carlos en la final del torneo Primavera de Guadassuar.

Experiencia sin pena ni gloria

La experiencia acaba sin pena ni gloria. Y Martí responde a la pregunta incisiva: «Mi idea era jugar un duelo con galerías libres con Puchol y un punter contra «tres triats», pero esa partida tendrá que esperar?si es que alguna vez se juega», afirma entre resignación e impotencia. Ni siquiera en una partida especial, fuera de competición oficial, pueden trinqueters y jugadores jugar a crear?Siempre hay una línea roja. Peluco quiere que Vilamarxant sea una catedral, pero me temo que primero tendrá que buscar al obispo.