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Materia gris

Materia gris

No perdamos la perspectiva. No suele ocurrir en el mundo del baloncesto, más habituado a la sesera y la materia gris que a la bilis o los chiringuitos. En sus 30 años de vida, Valencia Basket ha disputado siete finales europeas y cinco de la Copa del Rey. Es más, desde el anhelado ascenso a la élite tras aquella mítica eliminatoria contra el Metro Santa Coloma en 1988, únicamente se ha metido en la gran final de la ACB una vez. Es de ahí de donde venimos. Esa es la cruda realidad de la que debemos partir para analizar los últimos ocho meses de baloncesto en La Fonteta.

Con un presupuesto varias veces inferior al de, por ejemplo, Real Madrid o Barça Lassa, la plantilla taronja de esta temporada ya ha conseguido hacerse un huequecito en la historia de la entidad. Una de las siete finales europeas a las que hacíamos referencia con anterioridad la ha disputado este equipo. Una de esas cinco finales de Copa del primer párrafo también la ha jugado este Valencia Basket 2016/17.

Datos que, unidos a la tercera posición en temporada regular, hacen que la valoración del ejercicio -todavía inacabado- solo pueda ser óptima, independientemente de la consecución del objetivo Euroliga o del desenlace de la serie semifinal que arranca esta noche en Baskonia. Precisamente en el Buesa Arena estuvo a punto de tumbar el equipo que dirige Pedro Martínez al vigente campeón, rescatado en los últimos segundos por la actuación extraterrestre de Sergio Llull y la muñeca divina de Jaycee Carroll.

Aquella noche de febrero, a pesar de la derrota, Pedro Martínez ya se había ganado, como poco, el derecho a tener una oferta de renovación sobre la mesa para seguir en La Fonteta una temporada más. Es innegable que al equipo le ha faltado personalidad en momentos determinados para ganar partidos a domicilio, que no supo jugar el último cuarto de la final europea contra Unicaja y que, desde fuera, el vestuario ofrece a veces la sensación, seguramente errónea, de dejarse llevar, de elegir partidos.

Y también es evidente que, por la particularísima idiosincrasia implantada en Hermanos Maristas, no han gustado algunos gestos del entrenador en sala de prensa por cuestiones médicas o su estilo a la hora de reivindicar fichajes. Pero, qué quieren que les escriba. Es tan complicado encontrar un técnico que garantice rendimiento inmediato y asegure finales que sería absurdo no plantearse si quisiera la continuidad de Pedro Martínez. Independientemente de la respuesta que el club espere de él.

¿En cuántos de sus 30 años ha disputado Valencia Basket dos finales -aspirando a una tercera- la misma temporada? Pues eso.

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