peña sport / cd castellón

peña sport. Iñigo Calvo, Samuel, De Frutos, Jonathan, Iván, Héctor (Gorka, min. 80), Toni, Xabi Calvo (Diego, min. 45), Maeztu, Giles y Uriz. cd castellón. Zagalá, Manu Martínez, Enrique (Guille Vázquez, min. 58), Guinot, Jesús López, Clyde Essomba, Ximo Forner, Chema (Lolo Ivars, min. 45), Javi Zarzo, Marenyà (Pruden, min. 80) y Esaú Rojo. Goles. 1-0, min. 84: Toni, de penalti. 2-0, min. 96: Diego.?a ÁRBITRO: Ramo Andrés (Aragonés) TA T. amarillas: Amonestó a los locales Jonathan y Uriz; y a los visitantes Ximo Forner y Javi Zarzo Tr T. rojas: No hubo. e Estadio: San Francisco de Tafalla, unos 2.500 espectadores.

En una realidad paralela, el árbitro hubiera pitado el final antes de que la Peña Sport colgara, cumplido el 95, la última falta al área. En una realidad paralela, el portero Zagalá sería el héroe postrero, decisivo en una mano voladora y plástica en la penúltima oportunidad. En una realidad paralela, Pruden hubiese mostrado un mínimo de interés en defender la acción que abrió la ventana a la victoria local, el penalti que transformó Toni para firmar el 1-0 en el minuto 84. En una realidad paralela, el Castellón hubiera coronado con un golito sus buenos minutos de la segunda mitad, y los tantos en contra solo serían anécdotas que contar durante el festejo etílico y nocturno. En una realidad paralela, claro, Antonio hubiera marcado el penalti en Gavà y el Castellón no hubiera jugado en Tafalla, ayer, donde sufrió la enésima estocada. Quizá la más enrevesada.

En la grada de sol del estadio San Francisco, al final del 2-0 que eliminó al Castellón en un retorcido ejercicio de crueldad, no se veía llorar. En la grada de sol de estadio San Francisco, tras el 2-0 y el pitido final, se escuchaba llorar. Lloraban los jugadores y sobre todo lloraban los aficionados con una crudeza demoledora. Al capitán Jordi Marenyà se le acercó un hincha con palabras de consuelo, algo así como un trébol de cuatro hojas que emerge en un campo arrasado por la barbarie. «Jordi, l´any que ve estarem ací, tu i jo i tots», le dijo.

A veces uno se pregunta cuánto más va a poner a prueba el fútbol al Castellón, cansado de victorias morales, aburrido de medallas intangibles que le obligan a ser algo que no es, un épico perdedor, un desgraciado socio del drama, recompensas vacías que le obligan a sobrevivir, estirando hasta el hastío la pose en escenitas. Tanto ha sufrido por sobrevivir, que ha olvidado ganar.

Tafalla tuvo pinta de secuela. El sol es cegador, el calor es inhumano y no existe el margen de error. Las aficiones despiertan y los futbolistas combaten contra la asfixia para optar al premio mayor. La ilusión y el drama coquetean en una sucesión de lecciones de geografía y dolor. La sensación térmica la compraron en el infierno. La vida agita la coctelera y te sirve un play-off: suele ser para mayores de edad y, ganes o pierdas, suele conllevar una larga y veraniega resaca. Mientras dura, en cambio, es fácil dejarse llevar por la euforia, la que envolvió la celebración del local Diego, un retaco habilidoso, que pescó en la charca de los rebotes el balón de la gloria en el minuto 96.