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El Valencia Basket, ejemplo para el C.F.

El Valencia Basket, ejemplo para el C.F.

El Valencia Basket se ha unido al grupo de los privilegiados ganadores de la Liga. El Valencia Basket es producto de buena administración económica y deportiva. Al presidente, Juan Roig, se le puede visitar yendo a pie y, como mucho, en bicicleta. El Valencia Club de Fútbol es ejemplo palmario de nefasta administración económica y perversa dirección deportiva. Al presidente del Valencia Club de Fútbol hay que visitarle viajando en avión a Singapur de donde se regresa con falsas promesas o con ellas ya incumplidas. La sociedad de Mestalla avergüenza a cualquier valencianista que mire hacia atrás, hacia su historia. El Valencia Basket ha ganado la competición más importante de España. El Valencia Club de Fútbol ha logrado mantenerse en Primera de la mano de un valenciano, Salvador González Voro.

Lo ocurrido este año en la ciudad, en el Cap i Casal puede servir para que reflexionemos sobre el modo en que se dirigen los clubes deportivos hoy sociedades anónimas. El Levante, el hermano pobre de siempre, sin grandes alardes y midiendo constantemente el valor del euro, ha regresado a Primera. Los levantinistas saben cuál es su papel y sienten su pasión como si pertenecieran a un club de los grandes. Saben donde están y a lo que pueden aspirar.

Por Mestalla han pasado dirigentes que merecen respeto y el mejor de los recuerdos porque dejaron huella de bonhomía y sentido común, pero de un tiempo a hoy las desgracias se han acumulado. La sociedad estuvo al borde de la quiebra y hubo ingenuos, ilusos, que creyeron las promesas de un extravagante personaje que anunció la llegada del maná que resultó un cuento chino, con perdón de los chinos de buena voluntad.

Marcelino, nuevo entrenador, profesional al que han prometido no se sabe bien qué fichajes, no tardará en convencerse de que le han embarcado en una patera, que se salvó gracia a una entidad bancaria, pero que ya no tiene más recorrido. Las vías de agua son cada vez mayores.

El Levante ficha de acuerdo con sus posibilidades económicas y el Valencia Basket ajusta su presupuesto y contrata jugadores con ambición y proyección. En Mestalla no se puede contratar a nadie importante porque la ruina es cada vez más notoria. Su grandeza actual está basada en la política de los pobres de la parroquia: pedir jugadores prestados a quienes en su día fueron adversarios y a los que trató de tú a tú. (¡Quina vegonya!)

En el baloncesto, el equipo se construye con seriedad, sin grandes sobresaltos y finalmente ha llegado el gran triunfo. La inesperada victoria ha debido llenar de estupor al poderoso y prepotente Real Madrid que no es un club de baloncesto como lo es el de La Fonteta. Son luchas desiguales, pero de nuevo, David ha derrotado a Goliat. Se lo merecía.

Posdata. No pongo al Villarreal como ejemplo deportivo y económico porque no hace falta. Es el quinto club de España. Para más detalles, programas de mano.

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