Hay pilotos rápidos y pilotos inteligentes, pero cuando en una misma persona se aúnan ambas cualidades nos encontramos ante un fenómeno. Un campeonísimo, que a poco que le acompañe la suerte está destinado a convertirse en una figura de referencia. En Assen, una vez más, Canet fue rápido e inteligente. Su estrategia de carrera fue perfecta, agazapado esperó hasta la última vuelta para dar el hachazo definitivo en los metros finales, dejando a sus rivales sin ninguna capacidad de respuesta.

Carrera tras carrera no deja de sorprendernos. Pese a su juventud, es un pilotazo tremendo. Un frenador de los de antes, de los que hoy ya no existen, y piensa mucho encima de la moto. A falta de pocas curvas, Fenati paladeaba ya las mieles del éxito. Tenía casi hecho el trabajo, pero Aron soltó los frenos más tarde y se llevó por milésimas el triunfo por delante del italiano. Seguro que el piloto nos va a dar muchas más alegrías en lo que resta de temporada, pero lo bueno está por venir, pues ya es oficial que en 2018 continúa en la categoría con este mismo equipo. Será el piloto a batir.